La oposición política en nuestro país es apenas perceptible, desde los comicios del 2018 parece que aún no digieren la estrepitosa caída ante el actual presidente de la república Andrés Manuel López Obrador; los cuestionamientos de sus adversarios suelen perderse, se evaporan y no tienen mayor trascendencia.
Los partidos políticos tradicionales parecen vegetar sin mayores atractivos, el PRI parece sufrir unan diáspora, el PAN no atina a clarificar un liderazgo sólido con Marko Cortés, el Partido de la Revolución Democrática mantiene el feudo de Michoacán porque es gobierno con Silvano Aureoles, si no fuera por ello estaría casi extinto, de hecho para allá parece encaminarse.
El Partido Verde Ecologista de México se comporta como ha sido su cortumbre, es decir en el oportunismo sin una definición ideológica y apostando a un evidente populismo legislativo al proponer la pena de muerte, aunque saben ellos que no pasará pero buscaban cierto efecto estridente que tampoco lograron.
La oposición no luce, no avanza pese a los desatinos de la 4T, Morena sin ser un partico político típico lleva ventaja porque su activo fundamental es el propio presidente López Obrador. El partido en el poder no ha dejado de ser un movimiento que aglutina a un alto número de ex perredistas, como lo prueban sus principales cuadros.
Se contará en el futuro cercano con otros partidos de oposición que no generan altas expectativas, por ejemplo México Libre que encabezan Felipe Calderón y Margarita Zavala, es probable que sus cuadros o un alto número de ellos procedan de Acción Nacional porque es el origen de los fundadores de esta organización vinculada a la derecha.
También se contará con redes Sociales Progresistas en el que figura la ex lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación Elba Esther Gordillo Morales en lo significa su regreso, aunque ya las circunstancias son muy diferentes a sus años de mayor peso e influencia; ella fue cuadro importante del PRI y fue quien articulara a Nueva Alianza bajo el influjo del magisterio, o mejor dicho de una fracción del mismo.
Con todo y la construcción de las nuevas opciones partidistas la oposición no promete tanto, diversos estudios de opinión sitúan a Morena en la punta de las entidades donde habrá comicios el próximo año.
Cierto, la oposisión es necesaria en un sistema pluripartidista, los pesos y contrapesos son ingredientes importantes para fortalecer a la democracia porque prescriben mejores formas de hacer política, además influyen para que el poder no se quede en pocas manos.
No obstante, la decadencia de los partidos es ostensible y no puede negarse; las ideologías casi desaparecieron porque la tentación pragmática se apoderó de todos, los fines justifican sus medios aunque ello reste coherencia y originalidad, o al menos sobriedad política.
Por consiguiente, no existen liderazgos sólidos, hay una suerte de cuadros reciclados que pueden aportar experiencia aunque nula novedad, siguen ahí en el negocio partidista y conforman un dique para impedir el nacimiento de liderazgos emergentes que bien podría oxigenar nuestra atmósfera política.