Pragmatismo brutal…
“Cuando un hombre tiene la posibilidad del poder, es cuando tiene la posibilidad de mostrarse como es”… Luis Spota. (1925 – 1985). Escritor, periodista y dramaturgo mexicano.
En la antesala de las precampañas federales, ha quedado claro que los partidos políticos se han olvidado de sus plataformas ideológicas y peor aún, se han olvidado de sus militantes y de la democracia; por ello en prácticamente todos los casos, sus candidatos presidenciales surgirán del dedazo, auto dedazo, negociaciones cupulares y con acciones dictatoriales.
Eso sí, todos hablarán de democracia, anticorrupción, fortalecer las instituciones y hasta construir un gobierno de coalición, pero serán incongruentes, porque han dejado claro que lo que realmente importa es el pragmatismo que los mantiene en la oligarquía del país, sin importar el color que los haya hecho ganar, lo realmente importante es estar donde hay… Y para las condiciones del país, uno de los pocos lugares donde hay y se puede vivir como príncipe, es del erario.
Otra vez los mexicanos tendremos que identificar quién es el menos malo, quién tiene a su lado a los menos corruptos, traidores o vividores.
La boleta presidencial seguramente incluirá a Andrés Manuel López Obrador, así como a José Antonio Meade Kuribreña y Ricardo Anaya Cortés. Los que ahora se dicen independientes, difícilmente tendrán alguna oportunidad de ganar Los Pinos.
Esa es la penosa realidad. Serán tres tipos que han vivido bastante bien del erario y que forman parte de esa cúpula del poder nacional que goza de majaderos privilegios. ¿O acaso hay quien pueda meter las manos al fuego por los evidentes candidatos presidenciales y sus compinches?
En semejante escenario sin grandes alternativas, el pasado fin de semana se confirmó lo que ya se esperaba, la imposición de Ricardo Anaya para encabezar la candidatura presidencial del ahora llamado “Por México al Frente”.
Honestamente fallé en mi cálculo, pensé que sería imposible que panistas, perredistas y Movimiento Ciudadano se pusieran de acuerdo o mejor dicho, se prostituyeran como lo han hecho. Creí inocentemente que ahora sí respetarían su palabra políticos como Silvano Aureoles Conejo, Miguel Ángel Mancera Espinosa y Rafael Moreno Valle; quienes enfatizaron en que la manera de elegir al candidato, que por cierto sería preferentemente apartidista, debería salir de un ejercicio que incluyera la participación ciudadana.
Pero no, el real interés se hizo presente, ese pragmatismo brutal que ha borrado del mapa mexicano a los estadistas y políticos que realmente quieran trascender haciendo lo correcto por el país, así que optaron por recular, tragarse todos sus discursos en aras de lograr posiciones para sus más cercanos colaboradores en la boletas electorales del próximo año, y en el gabinete presidencial si sucede el milagro.
Fortalecer las instituciones, formar un gobierno de coalición liderado por un personaje que lograra empatía con los ciudadanos pese a la contradictoria alianza, es ahora, simple y sencillamente, letra muerta.
Bajo semejante escenario, la elección que viene seguramente será de ataques en lugar de propuestas. La probabilidad es alta de que motivados por las decisiones pragmáticas de las cúpulas, muchos perredistas de a pie, no tendrán empacho en votar por López Obrador, igual que muchos panistas optarán por José Antonio Meade; y entonces la contienda presidencial podría disputarse entre dos.
De tal manera que la búsqueda que mantienen la mayoría de los partidos políticos de evitar que “El Peje” llegue a Los Pinos, se antojaba más sencilla si en el “Frente” llevaban un candidato apartidista o de plano, si cada cual se registraba por su lado.
En fin, parece que la moneda está en el aire y llegará un tiempo de incertidumbre y lleno seguramente de muchas sorpresas. Por el momento, los ganadores son López, Meade y Anaya, pero los que seguramente somos perdedores con semejante oferta presidencial, somos la mayoría de los mexicanos. ¿O usted estimado lector, qué opina?
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.