Qué tiempos serán los que vivimos, que es necesario defender lo obvio
Bertolt Brecht (1898-1956) Poeta alemán
A ver: sí, de entrada, suena fabuloso que comience a operar una aerolínea que oferte sus rutas con considerables ahorros con relación a las tarifas de la competencia. Pero pongámonos serios y digamos las cosas como son, a riesgo de ser etiquetados de aguafiestas o amargados por la feligresía cuatroteísta.
Es lógico que Mexicana de Aviación opere con tarifas más bajas que cualquier otra aerolínea nacional, por sólidos factores: uno, porque tiene garantizado subsidio presupuestal por lo menos hasta 2029, con montos absolutamente discrecionales. Es decir, podría incluso regalar sus boletos, y de todos modos no perdería porque con nuestros impuestos el gobierno le estará canalizando los recursos necesarios para su operatividad. Dos, porque como empresa de Estado, dado que es propiedad de la Defensa Nacional, Mexicana contará con una política fiscal tan laxa que casi raya en la exención. No pagará tampoco la Tarifa Única Aeroportuaria al menos en el Felipe Ángeles, también propiedad del Ejército. No deberá contratar a todo el personal que cualquier otra aerolínea sí debería hacer, porque buena parte del requerido es de las propias fuerzas armadas.
En pocas palabras, Mexicana no tiene que competir con nadie más. Es ganar, ganar. Está en el mundo ideal. De hecho, claramente la idea de Andrés Manuel López Obrador es mandar a la quiebra al resto de aerolíneas nacionales, incluida Aeroméxico, a fin de garantizar un monopolio de Mexicana en el mediano plazo. Pero el mundo color de rosa termina cuando debe advertirse que todas esas canonjías que permiten tarifas bajas, serán pagadas con nuestros impuestos, lo que significa que en lugar de que éstos se orienten a la construcción de carreteras, escuelas y hospitales, o a la compra de medicamentos y vacunas, irán al subsidio de Mexicana.
Es obvio que el presidente busca reforzar la lealtad militar hacia él y hacia su proyecto dictatorial post 24, y claramente lo está logrando, aunque a costa de medidas absurdas en lo económico e injustas en lo social.
Por todo ello, es que los aplausos que recibe el presidente en redes sociales por haber “rescatado” Mexicana y ponerla a volar otra vez, solo evidencian una supina ignorancia de las consecuencias que esa medida cien por ciento populista y demagógica, traerá. Si no, al tiempo.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 288 días. X @jaimelopezmtz
