Lo último corrompido, ¿no es el principio de lo engendrado?:
Giordiano Bruno (1548-1600) Filósofo italiano
Lo peligroso no es que por sorteo se pueda definir quiénes puedan ser jueces, magistrados y ministros; lo peligroso ni siquiera tampoco es que éstos se decidan en una elección, suponiendo que fuera limpia y democrática.
Ahí no radica el quid del asunto para dimensionar la gravedad de la reforma ordenada a los legisladores el año pasado por Andrés Manuel López Obrador, y ahora reiterada por su hechura, Claudia Sheinbaum. El discurso de la 4T, mañosa e inteligentemente se centra en las “bondades” de que el pueblo elija a sus impartidores de justicia. Pero, insisto, ese no es el punto.
El diablo, dicen, está en los detalles. Y el detalle es el tribunal de disciplina que se creará para evaluar la actuación de todos los juzgadores. Seamos ingenuos por un momento, y creamos que el pueblo, como además de bueno es sabio, elegirá en junio a los mejores abogados para ser jueces, los más preparados, los de mayor experiencia, y los de mejores prendas éticas.
O bien, que por sorteo o tómbola los senadores designarán también a los participantes más calificados para la elección. Bien, todas las plazas de juez, magistrado y ministro, a nivel de estados y federales, se ocupan con los hombres y mujeres mejor capacitados. ¿Eso los hará independientes y autónomos, como deben ser los juzgadores?
La respuesta es un rotundo no. Y es no, porque para sobrevivir en los tiempos estelares de la 4T, un juez deberá hacer su trabajo no sobre la base de que la justicia es ciega y por tanto imparcial, sino de que tiene tan buena visión que deberá garantizar resoluciones que no se opongan a los intereses gubernamentales y de la 4T en general.
Con el nuevo sistema, un juez que tenga la osadía de dictar sentencia sin ver por lo que conviene a la pandilla en el poder, irremediablemente perderá su chamba y puede incluso ir a la cárcel, porque para eso estará el comité disciplinario que analizará el comportamiento de aquellos y el sentido de sus resoluciones, y cuyas determinaciones serán inapelables. La ley contempla sanciones que incluyen la cárcel para quienes se desvíen de un trabajo “en favor del pueblo”.
La dictadura en todo su esplendor. ¿Alguien supone que tendremos jueces independientes con ese comité encima de ellos, por muy preparados que sean y por muy democrática que haya sido su llegada al cargo? Un juez autónomo irá a la cárcel, uno plegado a la 4T ascenderá. ¿Alguna duda?
X@jaimelopezmtz
