Justicia sin misericordia es crueldad
Santo Tomás de Aquino (1225-1274) Clérigo italiano
La secretaria de Educación en el estado, Gabriela Molina, ha lanzado la enésima advertencia gubernamental de ir a fondo para eliminar la penosa figura de los “aviadores” en su dependencia. Y, como siempre sucede, se alientan esperanzas de que por fin se ponga un alto definitivo al fenómeno de cobrar sin trabajar en el sector educativo.
Y al hablar de “enésimo” anuncio, debemos considerar los similares al menos los últimos veinte años, tiempo en el que han ido incrementándose de manera sistemática y firme el número de aviadores en la SEE. Secretarios y secretarias han ido y venido, todos con el mismo compromiso y todos fracasando en el intento. En algunos casos con ciertos avances, como con Yarabí Ávila al inicio del gobierno bedollista, pero cuyo proceso se vio truncado cuando ella renunció a la dependencia.
Ahora, Molina retoma el que parece un anuncio obligado para cada titular de la SEE: ir a fondo en el reordenamiento administrativo de la dependencia, proceso para cuyo complimiento eliminar los casos de aviadores es imperativo.
Es de esperarse que el amago de Molina no sea uno más, sino el definitivo para, ahora sí, poner orden en ese sentido en el sector educativo michoacano. No es, empero, tarea fácil, porque la venta de plazas y las aviadurías reditúan a los líderes sindicales y no pocos funcionarios de primer nivel grandes dividendos económicos. A tal grado se ha pervertido el tema, que ha habido incluso asesinatos, algunos al interior del edificio central de la SEE, vinculados precisamente con ese fenómeno. Luego entonces, la secretaria debe saber el terreno minado que pisa y los riesgos que corre, pero si aun así va de frente contra la corrupción, habrá que respaldarle y, si tiene éxito, reconocerle un paso histórico por la dependencia.
No es exagerado calificar como crimen organizado lo que envuelve a la venta de plazas y a las aviadurías educativas, lo que explica el fracaso de casi todos los antecesores de Molina. En hora buena si ésta va al fondo del problema, son muchos los avisos similares y muchos los sinsabores en que terminan. Veremos si Gabriela Molina va en serio o solo es pose mediática su anuncio en ese sentido.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 348 días.
X@jaimelopezmtz