Un pueblo educado y un gobierno sabio reconocen las necesidades de desarrollo de la sociedad:
José María Luis Mora (1794-1850) Historiador mexicano
Es imposible no cuestionar la capacidad y adiestramiento de los elementos de la Guardia Civil, en el contexto de lo sucedido la tarde de este lunes en Tzurumútaro, población ubicada a escasos cinco minutos de Pátzcuaro:
Frente a decenas de personas, muchas de las cuales incluso se dan el tiempo de grabar con su celular, el propietario de un restaurante muy concurrido es secuestrado y subido por la fuerza a una camioneta de delincuentes. Policías estatales que pasaban por el lugar los enfrentan, pero aquellos logran escapar con todo y el empresario secuestrado.
Al margen de lo circunstancial de la presencia de los policías, no puede entenderse que no fueran capaces de evitar la privación ilegal de una persona. Esa incapacidad debiera obligar al gobernador a cesar al secretario de Seguridad, porque en última instancia éste es responsable de la evidente ineficacia de sus subordinados para hacer frente a un grupo de delincuentes. ¿No están preparados para una eventualidad así?, ¿no cuentan con el armamento necesario? En cualquier caso, es vergonzoso que no puedan evitar un ilícito frente a sus narices. ¿O los policías estatales sólo están preparados para hacer funciones de escoltas, choferes y mandaderos de funcionarios de gobierno?
El secuestro obliga a replantear funciones, alcances y parámetros de la actuación de la Guardia Civil. El gobernador Ramírez Bedolla no puede pasar por alto ese preocupante episodio en Tzurumútaro, que viene a justificar la desconfianza ciudadana en la Policía michoacana. X @jaimelopezmtz
