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sábado, noviembre 23, 2024

DEBE Y HABER

En política solo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople donde pone la vela

Antonio Machado (1875-1939) Poeta español

Alfredo Ramírez Bedolla inicia su tercer año de gobierno con los claroscuros propios de un estado tan convulso y enredado como atractivo y potencialmente susceptible de un desarrollo que hasta ahora nadie ha podido darle.

En el haber, que en contabilidad representa el saldo positivo, debe registrarse un manejo responsable de las finanzas, que ha permitido a su gobierno saldar buena parte de los compromisos heredados, sobre todo con proveedores y los llamados terceros institucionales, lastre que inició en épocas del binomio más trágico para Michoacán en las décadas recientes, el de Lázaro Cárdenas Batel y de Leonel Godoy.

Obra pública, sea gestionada con el capital privado y la Federación, o con recursos propios, es otros rubro que aun los detractores del gobernador, deberán reconocer en su avance, lo mismo que al tratar de garantizar gobernabilidad metiendo en cintura a grupos históricamente desestabilizadores, como el magisterial y el de estudiantes normalistas, impidiendo tomas de las vías del ferrocarril y bloqueos carreteros.

De destacarse también que Bedolla no haya caído en la tentación fácil de tratar de tropicalizar la política de confrontación que a nivel nacional ha emprendido Andrés Manuel López Obrador. Bedolla ha preferido llevar una relación cordial y respetuosa con empresarios, medios de comunicación, organismos autónomos, Poder Judicial, intelectuales y representantes de organismos de la sociedad civil víctimas de la inacción gubernamental, como los feministas o de madres buscadoras.

Todos esos grupos han sido tratados con un insolente desdén por López Obrador. Bedolla ha tratado, y creo que en general lo ha logrado, de desprenderse de ese mismo perfil autoritario y he llevado la fiesta en paz, respetando instituciones.

En el lado deficitario, o en el “debe” si esto fuera una contabilidad, claramente hay que ubicar el de la inseguridad y la criminalidad, propiciadas por el empoderamiento incontenible de los cárteles delincuenciales. El estado no puede salir de la vorágine criminal propiciada por la política lopez obradorista de abrazar y no combatir a los delincuentes.

Los esfuerzos que a nivel local pueda haber realizado el gobierno estatal para confrontar ese flagelo, hay que decirlo, son infructuosos hasta ahora, y no se ve que puedan dar resultados a mediano plazo. Es evidente que sin el concurso federal, cualquier estado se ve impedido de confrontar a la criminalidad organizada. Michoacán es la mejor prueba.

Salud y educación son rubros que no es fácil ubicar de algún lado de la balanza en el bedollato: están sujetos por entero a las políticas federales, y éstas son un rotundo fracaso. En los escasos resquicios donde ha podido tener injerencia el gobierno de Bedolla, ha alcanzado algunos logros, pero la condición centralizada de ambos renglones, cancelan en mucho las posibilidad de que a nivel estatal pueda tomarse la rectoría.

Inicia Bedolla la parte intermedia de su gobierno. Es momento propicio para que evalúe con cabal equilibrio y objetividad la forma en que camina su gobierno, confirmando lo que en el “haber” pueda registrarse, que lo hay, pero corrigiendo de fondo lo que en el “debe” es inocultable. Veremos.

Y a la pesadilla ya solo le quedan 379 días. X@jaimelopezmtz

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