Los hombres son perversos no tanto por la riqueza, como por el afán de riqueza:
Louis de Bonald (1754-1840) Político francés
De entre las muchas aberraciones legales que hoy caracterizan a nuestro Código Penal en Michoacán, se destaca la laxitud en las sanciones para quienes conducen vehículos automotores bajo los influjos del alcohol o de alguna droga. Incluso si en esas condiciones se origina un accidente con consecuencias fatales, el homicidio es considerado culposo, lo que permite no parar en prisión al responsable.
Ese tipo de “bondades” legales se han incorporado en épocas recientes, porque hasta hace aproximadamente una década, el alcohol y las drogas eran agravantes serias. La ley se ha flexibilizado a grado tal que aún si hay pérdida de vidas humanas en un accidente vehicular por parte de alguien alcoholizado, para él la cárcel no será el destino.
Ello, a propósito del trágico accidente del viernes anterior en esta capital, en el que un niño de diez años de edad perdió la vida, luego de que el vehículo familiar en que viajaba fuera embestido por el hijo de un prominente empresario, mismo que fue dejado en libertad por el Ministerio Público, porque por increíble que parezca la ley así lo permite.
Luego entonces, lo que hay que cambiar es precisamente la ley. Es insostenible que manejar ebrio o drogado no sea en sí mismo un delito grave, incluso si no se involucra en un accidente.
Modificar la ley para que el solo hecho de conducir en esas condiciones sea delito grave, haya o no accidente de por medio, es urgente como medida para reducir los alarmantes índices de incidentes de ese tipo. Además, es imprescindible que se refuerce el programa del alcoholímetro. Todo, en aras de reducir los riesgos de perder la vida en las cada vez más peligrosas calles morelianas. Veremos si desde el poder público hay alguien con la suficiente convicción para impulsar esos cambios en la ley, concretamente en el Código Penal de Michoacán. X@jaimelopezmtz
