La justicia sobre la fuerza es la impotencia; la fuerza sin justicia es tiranía:
Blaise Pascal (1623-1662) Filósofo francés
Guillermo Valencia, diputado local y dirigente priísta, ha propuesto formalmente reformar la Constitución para que la designación del Fiscal de Justicia del Estado sea producto de una elección ciudadana, no de un nombramiento directo de la propia Cámara de Diputados.
Conceptual y políticamente, no parecería una mala propuesta. Democratizar esa decisión, empero, no es viable en estos momentos, dado el empoderamiento ya prácticamente absoluto del crimen organizado en casi cualquier actividad pública o privada.
No es que el modelo actual de designación del Fiscal, facultad exclusiva de los diputados, sea perfecta. Y siempre la tentación de llevar todo a las urnas está ahí latente, pero a la luz de la realidad no hay duda de que conlleva más riesgos que beneficios. Pero ese mecanismo vigente es menos peligroso que la propuesta de Valencia.
Eso sin contar que cualquier tipo de elección ha dejado de ser confiable en términos estrictamente democráticos: los organismos electorales están colonizados por la 4T. Cierto, el Congreso también es dominado por la tiranía morenista, pero al menos queda abierta la posibilidad de que la designación del Fiscal sea “política”, que no es lo ideal pero es mejor a que sea del crimen organizado bajo la careta de una elección.
Está claro que no siempre la vía supuestamente “democrática” es la mejor opción. Es de esperarse que la propuesta de Valencia no pase de una mera anécdota.
X@jaimelopezmtz