En política siempre debemos optar entre dos males
Christopher Morley (1890-1957) Periodista norteamericano
Otrora consecuente y congruente con una sola línea de manejo político y aún personal, el panismo se enfrenta hoy al serio cuestionamiento de encarar con una doble moral su problemática de crisis interna.
Ello, porque el dueño del PAN, Ricardo Anaya, ha amagado con iniciar el procedimiento de expulsión de cinco senadores azules, por cometer el “pecado” de no votar como él ordenó en la instalación de la mesa directiva de la Cámara Alta y, por el contrario, avalar la llegada de Ernesto Cordero, también panista, pero enemigo de Anaya.
Éste, Anaya, y los suyos, se desgarran las vestiduras porque cinco senadores no votaron en línea en una decisión estrictamente política, pero el grupo al que perteneció hasta hace poco aquel, que en su momento lideraba Gustavo Madero, metió debajo de la alfombra la demanda de expulsión de varios diputados azules, integrantes de la 71 Legislatura local, por burdos actos de corrupción.
No puede olvidarse que a fines de 2011, cuando el gobernador Leonel Godoy tramitó un nuevo endeudamiento ante el Congreso del Estado, el líder del PAN estatal, Germán Tena Fernández, “ordenó” a sus diputados votar en contra de esa solicitud, en línea con la tradición histórica de ese partido, de que el “jefe” estatal está facultado para instruir a “sus” diputados el sentido del voto en eventos relevantes.
Empero, prácticamente todos los diputados panistas desoyeron a Tena, y votaron a favor del endeudamiento solicitado por Godoy. Tena envío el caso de “insubordinación” a la dirigencia nacional de su partido, acusando que en la decisión de los legisladores panistas había influido la corrupción, es decir, que el gobierno godoyista compró el voto de ellos. Investigaciones periodísticas nos confirmaron a algunos que, en efecto, los diputados panistas de esa Legislatura vendieron su voto.
Pero que vendieran su voto, no sería ninguna novedad, en el contexto de una clase política acostumbrada a votar en función del dinero que reciben. Lo curioso es que, documentado y todo, el caso fue ocultado por la dirigencia nacional panista, la demanda presentada por Tena para expulsar, o al menos sancionar, a los diputados corruptos, fue enviada a la congeladora por la influencia ejercida por Marko Cortés, dado que casi todos ellos formaban parte de su equipo.
Es decir, en un acto de absoluta corrupción, el panismo fue omiso, prefirió generar un manto de impunidad para diputados que se vendieron, y ahora, para senadores que no fueron parte de una medida corrupta, simplemente votaron en oposición a la instrucción de Anaya, se pide su expulsión.
Ejemplo nítido de lo que es manejarse con una doble moral, ¿o no?