El más importante riesgo que podemos correr, es el de ser honestos:
Walter Anderson (1903-1965) Escritor estadounidense
Lo advierte el mismo INE: la elección de cargos del Poder Judicial será un enorme enredo, un galimatías para el votante, el caos desde el punto de vista de la organización y la logística y la incertidumbre en todo su esplendor para el ciudadano que ingenuamente acuda a las urnas.
Y si el obsequioso y ya plenamente cuatroteísta INE lo advierte, algo de serio habrá. Y no es para menos, si en promedio el ciudadano que acuda a esa vergonzosa elección, recibirá entre doce y catorce boletas, cada una de las cuales incluirá varias decenas de nombres absolutamente ajenos al elector, sin contar con que prevalecerán criterios políticamente correctos, como la paridad de género, la inclusión y la diversidad, esa tan imposible de definir.
Pero el desorden y el caos de la elección es parte de la previsión de la 4T; de hecho, la está alentando porque sabe, y desea, que todo el universo de votantes se reducirá a quienes reciben una beca o una pensión. Ni modo que no. Y entre menos sufraguen, mejor, porque se facilita la manipulación de resultados, y así no se pone en riesgo el resultado buscado: que todo juez, magistrado y ministro producto de esta elección, esté sometido al cien a la 4T y al gobierno. Nadie con “conservadoras” y “neoliberales” ideas de autonomía e independencia del Poder Judicial, podrá mantener el trabajo, será sustituido por otro perfil que garantice impartir justicia siempre en modo 4T.
Pero el poder público tiene la llave para asegurarse juzgadores a modo: en las listas definitivas solo se incluirá a “los de casa”, y en última instancia dará exactamente igual quién resulte triunfador. Todo el sistema está diseñado así.
Por todo ello, es que la elección de junio próximo no dejará de ser una pantomima. Allá quien se deje engañar.
X@jaimelopezmtz
