Tiemblo por mi Patria cuando reflexiono que Dios es justo; que su justicia no puede dormir eternamente
Thomas Jefferson (1743-1826) Presidente de Estados Unidos
¿Porqué hacer las cosas fáciles si pueden hacerse difíciles? La interrogante plantea un dilema que cae como anillo al dedo a buena parte de nuestra clase política. Es el caso del PRI y de su dirigente estatal: nadie entiende sus razones para encarecer y hasta frenar la conformación de un frente opositor en Morelia, cuando lo sensato parece ser simplemente sumarse a Alfonso Martínez.
Guillermo Valencia parece estar estirando la liga más de la cuenta, negándose a firmar la alianza de partidos de oposición que impulsarán a Martínez en la búsqueda de su reelección. Parece la clásica postura chantajista, tratando de espantar con el petate del muerto.
El peso que ha alcanzado en Morelia el alcalde, le convierten en una marca, solo equiparable a la que en su momento alcanzó a tener Fausto Vallejo. Ni siquiera hay duda de quien necesita más a quien, si él al PRI o al revés. Martínez tiene la fuerza para ganar la elección aún al margen de los partidos. PAN y PRD parecen haberlo entendido, no así el tricolor. Cierto, como en toda negociación el alcalde deberá garantizar determinados espacios de poder a los partidos que lo arropen, pero tampoco debe dejarse arrinconar por éstos. En una disyuntiva extrema, es evidente que el PRI necesita más de Martínez que viceversa.
Panistas y perredistas han sido más pragmáticos, entienden el peso del alcalde y sin dudarlo se están sumando. El riesgo para Valencia es llevar a tal nivel de crispación a su partido que al rato se vuelva imposible su adhesión a la campaña de Martínez y solos, los tricolores tienen nimias expectativas de buenos resultados, así que más les valdría dejar posturas soberbias porque bien pueden quedarse como el perro del hortelano, sin ninguna de las dos tortas.
Teniendo un referente de una marca política y electoral al alcance de la mano, no se entiende que los priístas se empecinen en complicarse el camino. ¿O será que es cierto que en el fondo Valencia se ha aliado al gobernador Ramirez Bedolla y busca torpedear a su propio partido y, obvio, a la oposición. Su conducta, por ahora, fortalecen ese recelo.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 267 días.
X@jaimelopezmtz