El futbol es el reto de la lealtad humana al aire libre
Antonio Gramsci (1891-1937) Filósofo italiano
La inminente creación de una ley que obligue a los clubes de futbol profesional de México a garantizar un salario base a las mujeres que practican ese deporte, en aras de la equidad salarial con relación a los hombres, no puede calificarse de otra forma que una auténtica demagogia, una medida populista y absurda, que a la larga puede acabar con el futbol femenil.
En comisiones del Senado se aprobó ya dicha legislación, muy propia de la 4T: irreal y contraproducente. Es cosa de horas para el pleno dé su aval y con ello entre en vigor. Busca que las futbolistas profesionales reduzcan la brecha salarial con relación a los hombres. Así planteado, que a trabajo igual corresponde salario igual, suena como canto de sirena. ¿Quién se va a oponer Nadie, menos en la clase política.
Es futbol profesional es un negocio y como tal debe regularse por el mercado, por la ley de la oferta y la demanda, no por decretos gubernamentales. ¿Por qué los hombres reciben salarios millonarios?, pues porque producen dividendos que así lo permite.
Vayamos a casos extremos: Leonel Messi gana cientos de millones de dólares por año, porque los aficionados compran millones de camisetas de sus equipos en todo el mundo; porque las televisoras pagan estratosféricas sumas por tener los derechos para transmitir sus partidos; porque a su vez éstas venderán sus espacios de publicidad en cantidades aún mayores; porque los estadios donde se presente el argentino se atiborran de aficionados.
Es un círculo que permite salarios inimaginables, pero porque el futbolista produce eso y más. Con todo y lo que le paga, el club con el que juegue a su vez gana todavía más. Es una inversión.
Caso contrario con el futbol femenil, apenas en pañales en el mundo. Es de esperarse con el paso de los años ojalá logre niveles como el varonil, pero en este momento los clubes deben ajustar los salarios de su jugadores a sus posibilidades, y éstas son mucho menores porque aun poca gente acude a los estadios, poca también lo ve por televisión, por tanto ésta vende su publicidad a precios mucho menores que en el caso de las transmisiones del futbol varonil; también, porque pocas playeras se venden. Y la valoración no es si eso es justo o injusto. Esa disyuntiva es estúpida, es de ignorantes. Simplemente esa es la realidad del mercado. Punto.
De hecho, el mercado ha permitido que los salarios de las futbolistas en México mejoren notoriamente: hace apenas unos tres o cuatro años, los había de 5 mil pesos. Hoy, el promedio ya se ubica en 35 mil mensuales. Nada comparable con los hombres, pero cada vez más digno.
Ni modo que se obligue a los aficionados a ir al estadio o a comprar playeras. Ni modo que se obligue a empresas a anunciarse en transmisiones con poca audiencia. Es la ley de la oferta y la demanda. Si en México se obliga a los clubes a pagar un salario base a sus futbolistas, pero fuera de sus posibilidades financieras, lo único que sucederá es que el futbol profesional femenil se cerrará y entonces las deportistas quedarán en peores condiciones a las actuales: sin empleo.
Es otra de esas medidas incongruentes, irreales, muy propia de los tiempos políticos que vivimos, muy de la 4T, que terminan siendo contraproducentes porque fueron tomadas con visiones demagógicas y populistas. No por nada, la misma Liga Femenil de Futbol ha pedido al Senado no aprobar esa ley¸ sabedora del riesgo que implica para la viabilidad del balompié profesional de México. Veremos si hay un mínimo de congruencia entre los senadores.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 320 días.
X@jaimelopezmtz