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sábado, abril 19, 2025

EL JOVEN MARAVILLA TOTONACA

Lo último corrompido ¿no es el principio de lo engendrado?

Giordano Bruno (1548-1600) Filósofo italiano

 

jaimelopezLe apodan el “joven maravilla”. Y no es Dick Grayson, el mítico personaje de “Robin” en la serie de Batman. Este es de carne y hueso. Es Ricardo Anaya, el dueño, más que presidente, del PAN.

Y, en los hechos, vaya que corrobora que el mote no le queda grande. Es una maravilla, sí, pero no en el sentido positivo del término, sino en el peyorativo.

Anaya ha resultado un campeón del maquiavelismo, del manejo de la política de cañerías. Está claro que no se toca el corazón cuando de protegerse de embestidas se trata o cuando sus intereses están en riesgo. Es capaz de lo que sea, incluyendo paralizar al poder legislativo en pleno.

El joven maravilla totonaca se sentía en caballo de hacienda rumbo a la candidatura presidencial de su partido, basado en el control absoluto que logró al interior del mismo, y en su campaña publicitaria que sustentó en acusar a todos los demás de corruptos, como si él no fuera parte de la clase política.

Pero una andanada de “periodicazos” lo hizo tambalear, al pegarle en su línea de flotación: de acusador de corruptos, resultó acusado de lo mismo, y como jamás tuvo con qué rebatir, porque evidentemente todo lo que El Universal publicó es cierto, diseñó la estrategia de tender una cortina de humo, y lo hizo inteligentemente con un tema infalible: rechazar el pase automático del procurador general de la república como fiscal, lo que propició que durante un par de días se pusiera en riesgo la gobernabilidad en San Lázaro.

Lo que nadie reparó es que hace un año el presidente Peña Nieto envió una iniciativa para echar atrás ese pase automático. Ahora, Anaya, ya con el apoyo perredista, canta como victoria que el PRI acepte el no pase automático.

De que es hábil, no hay duda. Su corta edad no le impide ser un experto en el manejo político turbio, sucio, chantajista, pero eficaz.

No creo, empero, que esa victoria le alcance para asegurarse la candidatura presidencial de la alianza que ha tejido con el PRD. Desvió la atención de los periodicazos, pero su imagen de cualquier manera quedó maltrecha, por los suelos, lo que le impide tener la calidad moral para ser él el candidato. Aun así, sí le alcanza para mantenerse en la hegemonía panista y ahora en la aliancista, y como tal, protagonista en la definición de la candidatura presidencial. Difícil que él la encabece, pero indudablemente que será decisivo en la nominación. Y eso, dada la vapuleada que recibió, es mucho.

jaimelopezmartinez@hotmail.com twitterr@jaimelopezmtz>

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