Se puede engañar a parte del pueblo parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo
Abraham Lincoln (1809-1865) Presidente de Estados Unidos
Claudia Sheimbaum ofrece construir un “segundo piso” a la 4T. Se infiere que con él busca llamar a que se sumen sectores poblacionales hasta ahora decepcionados u ofendidos por el movimiento, vuelto gobierno, que encabeza Andrés Manuel López Obrador.
La inminente candidata presidencial de Morena convoca por eso a sumarse a grupos no solo alejados del lopez obradorismo, sino incluso vapuleados inmisericordemente por el presidente. Hoy convoco, dijo Sheimbaum, “a la participación de personas de todas las clases sociales, de diferentes corrientes del pensamiento, de todas las religiones, libres pensadores, a este movimiento que nació y sigue siendo amplio y plural, de campesinos, trabajadores independientes, clases medias, artesanos, científicos, artistas, intelectuales, comerciantes y empresarios, jóvenes, mujeres, a los millones de mexicanos que viven fuera de nuestro México, a que construyamos el segundo piso de la transformación”.
Sheimbaum hace un esfuerzo por desprenderse un tanto del sectarismo de López Obrador, para el cual ni las clases medias, ni los intelectuales, ni los científicos existen. Solo los pobres, porque éstos dan votos, ha dicho sin rubor el presidente. El segundo piso de la 4T, para Sheimbaum, pasa por tomar en cuenta a todos esos sectores ninguneados y hasta perseguidos por su gurú.
Conceptualmente es válido que ella apele a ampliar esa base social de respaldo ahora a su candidatura y eventualmente a su gobierno. Mercadológica y políticamente ella está actuando con el manual en la mano. El problema es si esos sectores volverán a creer en la 4T, porque hace cinco años López Obrador también los convocaba a sumarse. Y muchos de ellos en efecto se sumaron. Ya en el poder, los dio una patada en el trasero y se olvidó de ellos, en el mejor de los casos, porque a muchos de ellos de plano los ha hostigado y ofendido y hasta perseguido.
¿Quién asegura que no sucederá lo mismo con Sheimbaum? Nadie puede afirmarlo por ahora, pero tampoco negarlo. Cortada como calca de López Obrador, la ex jefa de gobierno ofrece poco margen para estimar que pueda ser una presidenta independiente y, por ende, para suponer que los abrazos que ahora abre a diferentes sectores acorralados por López Obrador, vayan a seguir así, abiertos, si llega a gobernar al país.
Deberá hacer uso de una capacidad de convencimiento extrema para que las clases medias, por ejemplo, se sientan atraídas por ella, si ya se llevaron tal decepción con AMLO. Deberá convencer desde ahora que, si gana, gobernará ella, no el tabasqueño a trasmano, o que aun siendo una presidenta independiente, no dé la espalda luego a los sectores a los que convoca hoy.
Son los lastres que ella debe cargar.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 384 días.
X@jaimelopezmtz