Si algo puede corromperte, ya eras corrupto
Bob Marley (1945-1981) Cantante haitiano
Peor no podía comenzar el proceso electoral no en Michoacán, sino en el país entero. Con asesinatos de aspirantes a cargos de elección popular, básicamente a alcaldes, arranca un proceso que será, dicta la realidad, el más violento y sangriento de la historia.
En el caso michoacano, en menos de seis horas y en un solo municipio, se dibujó el escenario por demás tétrico que se viene. En Maravatío fueron ejecutados los precandidatos de Morena y del PAN a la Alcaldía.
Lamentablemente nunca mejor aplicado: odio decir se los dije, pero se los dije.
Al menos sesenta municipios de la entidad solo requieren un voto para determinar quién será el alcalde, el voto del líder del cártel local. Ya el otrora dedazo político parece juego de niños, porque hoy el dedazo lo aplica no el gobernador en turno, no el líder de un partido, no el cacique político de la región. El dedazo que importa es el del jefe de la mafia local. Y si alguien se opone, la sentencia de muerte es prácticamente inevitable.
Los municipios, casi todos, de la tierra caliente, del bajío, de la costa y del oriente, tendrán gobernantes, sí o sí, impuestos por el crimen organizado. Así de tajante, así de dramático, pero así de real es el escenario, porque además no se ve cómo desde el poder público pueda retomarse el control de las elecciones. Los abrazos a los delincuentes siguen vigentes. Desde Palacio Nacional, el presidente pone el ejemplo.
No es fácil entender cómo puede haber quien siga interesado en buscar ser alcalde de alguno de los municipios de las zonas señaladas, sobre todo si se trata de gente de bien, gente que en verdad quiera a su pueblo y busque gobernarlo para superar problemas. Incluso, gente que de buen fe quiera participar, lo más probable es que sean víctimas de un atentado si no se doblan al cártel local. Ya ni hablar si los candidatos son políticos vinculados al crimen, los cuales evidentemente no tendrán problemas.
El gobernador Ramírez Bedolla llama a los aspirantes de todos los partidos a no caer en la tentación de ser candidatos del crimen. Así debe ser. El punto es que en esos sesenta municipios, no puede nadie llegar a la Alcaldía si no es con el visto bueno del jefe de plaza.
Triste, preocupante, patética forma de arrancar el proceso electoral, cuyo análisis no pasa por lo político, sino por lo criminal. Y ni modo, hay que decirlo: apenas viene lo peor. Al tiempo.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 228 días.
X@jaimelopezmtz
