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jueves, noviembre 21, 2024

EN LA 4T, SALUD ES PLATO DE SEGUNDA MESA

Un buen gobierno solo puede existir cuando hay buenos ciudadanos:
Francisco I. Madero (1873-1913) Presidente de México

Si un rubro gubernamental no puede, bajo ninguna circunstancia, verse afectado por recortes presupuestarios, es el de salud, pero en la 4T eso no aplica.

En el gobierno de López Obrador la salud siempre fue un plato de segunda mesa. No por nada se elevó en ese sexenio de 25 a 50 millones el número de mexicanos sin acceso a la salud. No por nada murieron en la pandemia 300 mil que con otro gobierno hoy estarían con vida. No por nada las farmacias del sector público comenzaron a quedarse vacías. No por nada se redujo en 40 por ciento la cobertura de vacunación infantil. No por nada murieron más de tres mil niños con cáncer por no tener acceso a medicamentos. No por nada también no hay vacunas eficaces gratuitas contra el covid, porque el gobierno se niega a adquirirlas y a duras penas ha permitido que el sector privado las importe.

Nada de eso es coincidencia. Es evidencia más bien de que en la visión de la 4T la salud de los gobernados está al final de la fila de prioridades. Con López Obrador fue manifiesto y ahí están las pruebas. Ilusamente, con la llegada de Claudia Sheinbaum hubo quien supuso que en su calidad de científica y “humanista”, la salud volvería a la palestra. Nada más falso: la iniciativa de presupuesto del 2025 contempla un salvaje recorte del 34 por ciento al del rubro de la salud, de por sí austero hasta el extremo en los años previos.

Salud manejará sólo 66 mil millones de pesos. Nunca mejor dicho “solo” 66 mil millones. Expertos estiman que para revertir el rezago en cobertura, medicinas, vacunas y equipamiento hospitalario, al menos a los niveles de calidad que había antes de 2018, el gobierno debiera destinar mínimo el doble de ese monto. Y eso apenas para detener la caída del sistema. Ya ni hablar de aquello de ser como Dinamarca.

Eso sí, Sheinbaum contempla mantener el ritmo de becas y pensiones para no perder la base electoral de Morena. Como a López Obrador, no hay duda que a la presidenta le corre atole por las venas: fría e insensible al dolor y a la muerte. Una máquina que toma decisiones con un chip, no con el corazón.

Reducir aún más el gasto en salud significará sólo una cosa: muerte. Pero la muerte no es un fantasma que preocupe a la 4T, es consecuencia natural de una política pública diseñada por una computadora, no por médicos y científicos de carne y hueso.

Y es que, a fin de cuentas, en salud como en otros tantos temas, la 4T es sinónimo de muerte. No lo ve solo quien no quiere. X @jaimelopezmtz

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