La corrupción es un mal inherente a todo gobierno que no está controlado por la opinión pública
Ludwig von Mises (1881-1973) Economista austriaco
En el maremágnum informativo cotidiano, donde prevalecen los temas relacionados con la inseguridad y la criminalidad, la inflación desatada o el desabasto de medicamentos, que los diputados locales se ocupen de meter en cintura a los propietarios de estacionamientos públicos, pudiera parecer un asunto menor.
Pero no lo es. Solo por el hecho de que miles de morelianos requerimos de espacios para estacionar nuestros vehículos en inmuebles privados, dado que las zonas para aparcar en la vía pública se han ido acotando inexorablemente, justifica que los diputados se aboquen a legislar al respecto.
Y es que el crecimiento del número de vehículos ha propiciado a su vez un aumento en el número de negocios destinados a operar como estacionamientos, pero sin que los reglamentos al respecto se hayan actualizado.
Así, hoy operan esos sitios casi con total discrecionalidad, sobre todo para fijar tarifas y aumentarlas sin rubor alguno. Sus propietarios o administradores no asumen ninguna responsabilidad cuando un automóvil sufre algún accidente en esos lugares, o incluso cuando llegan a ser robados. Casi ninguno cumple con estándares básicos de protección civil, y ni hablar de las penosas condiciones en que se encuentran sus baños, cuando los hay.
Es decir, operan no bajo la rectoría de la autoridad, en este caso la municipal, sino de acuerdo a sus propios intereses y conveniencia. De ahí que no sea un tema menor que este martes en el Congreso del Estado se haya anunciado que se encuentra avanzada una iniciativa para obligar a los Municipios a actualizar sus reglamentos al respecto, garantizando que la supervisión a los estacionamientos sea severa, como severas sean las sanciones cuando violen los reglamentos, sobre todo en los rubros descritos: tarifas, seguridad, protocolos de protección civil y servicios que prestan, o que debieran prestar.
Es deseable, pues, que los diputados vayan al fondo del tema, prácticamente descuidado en todos los municipios, incluyendo Morelia.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 456 días.
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