El político debe predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene, y luego explicar porqué no ha ocurrido.
Winston Churchill (1874-1965) Primer Ministro británico
Según Alfredo Ramírez Bedolla, esta misma semana se reanudará la actividad normal de los limoneros de la tierra caliente michoacana, producto de la presencia masiva de efectivos policiacos que les brinden seguridad.
Es altamente probable que Bedolla esté en lo cierto, que en los próximos días se “normalice” la actividad de ese sector, luego de varios días de paro a manera de protesta por la extorsión de que son objeto por parte del crimen organizado.
El quid del asunto es dimensionar qué significa que los limoneros vuelvan a su actividad “normal”. Si a lo que se refiere Bedolla es que los productores, cortadores y empacadores sigan, como siempre, pagando la extorsión a los criminales, para de esa forma no ser molestados, pues entonces sí, volverán a la “normalidad”, y el gobierno se jactará diciendo que todo ha quedado resuelto y todos felices y contentos. Y a otra cosa. Allá en la tierra caliente los limoneros seguirán esclavizados por los cárteles, cubriendo religiosamente la extorsión so pena de ser asesinados, y el gobierno seguirá por su parte en su mundo de Disneylandia.
Es trágico que esa sea la “normalidad” a que se refiere el gobernador, cuando en realidad el término debiera tener la connotación de un ambiente libre de criminales. Esa debiera ser la “normalidad” para los productores y para toda la sociedad.
¿Cómo en qué ayuda que haya cuatrocientos o cincuenta mil policías en la zona, si los mandos están más que comprometidos con la criminalidad y, aún si no lo estuvieran, tiene que sujetarse a la políticos de los abrazos a los delincuentes?
Lamentablemente, la “normalidad” en el bedollismo es la extorsión, es la muerte, y eso es lo que heredará a su sucesor, probablemente antes de fin de año.
Y a la pesadilla, a la actual, ya solo le quedan 42 días. X@jaimelopezmtz