Bienaventurado el que dejando de lado su gusto e inclinación, mira las cosas en razón y justicia para hacerlas.
San Juan de la Cruz (1542-1581) Religioso español
Definida prácticamente la posición femenina en la fórmula morenista de Michoacán para el Senado de la República, con Fabiola Alanís virtualmente asegurada, el gran reto para la 4T es nominar la varonil con el menor nivel de heridas posible.
Por lo pronto, nadie, ni el gobernador Ramírez Bedolla ni la dirigencia nacional morenista, ni siquiera la candidata presidencial Claudia Sheimbaum o el mismo presidente López Obrador, parecen haber encontrado la fórmula para que la posición del hombre que acompañe a Alanís no genere una herida que se vuelva difícil de restañar.
La ex Comisionada Nacional para Prevenir y Sancionar la Violencia contra las Mujeres, dejó en el camino a Giulianna Bugarini, a Itzé Camacho y a Selene Vázquez. Las encuestas le dan una clara ventaja sobre todas las demás mujeres inscritas, amén de que Fabiola tiene un plus del que nadie goza: lleva el visto bueno tanto de López Obrador como de Sheimbaum.
Mucho menos pavimentado está el camino para los hombres, básicamente Raúl Morón y Carlos Torres Piña. El primero tiene el respaldo de la candidata presidencial, y el segundo del gobernador Ramírez Bedolla, pero se ha tensado tanto la cuerda entre ambos que se llegó esta semana al nivel de la insostenibilidad para los dos, lo que ha derivado en que emerja la posibilidad, cada vez más sólida, de un tercero en discordia.
Y ese tercero sería el diputado del Verde, Ernesto Núñez, dado que en la mesa nacional de negociaciones de la 4T, la dirigencia de ese partido propuso, y aparentemente ya logró, que para evitar fricciones y divisiones insuperables que además pongan en riesgo el resultado electoral, no sea morenista el hombre que integre la fórmula con Fabiola Alanís. Eso explica que ahora el Verde tenga prácticamente en sus manos la nominación del hombre que vaya como segunda fórmula al Senado por Michoacán. Y si de Verde se habla en la entidad, solo hay un nombre, el de Ernesto Núñez.
Morón tendría altas posibilidades de integrarse a un eventual gobierno de Sheimbaum, pero el destino de Torres Piña no pareciera ten definido, dado que al inscribirse como aspirante a la candidatura al Senado, ya no podría hacerlo para una diputación local ni federal. Regresar al gabinete de Ramírez Bedolla, obviamente ya no en la Secretaría de Gobierno, sería su única opción. Veremos.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 305 días.
X@jaimelopezmtz
