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sábado, noviembre 23, 2024

FAMOSOS: DINERO MATA DIGNIDAD

Para administrar justicia de verdad y buena fe, mejor que letraduría, buen linaje hay que tener

Luis Cané (1897-1957) Periodista argentino.

Pancho Barraza y Julión Álvarez encabezaron el elenco artístico en “el fiestononón” por los quince años de la hija del capo Heraclio Guerrero Martínez, alias el Tío Lako, líder de una célula criminal que operan en el occidente del estado, adherida al Cártel Jalisco Nueva Generación. El evento tuvo lugar en la comunidad Tinaja de Vargas, del municipio de Tanhuato, el pasado 25 de septiembre. El comediante Teo González y los cantantes gruperos Alfredo Olivas, Los Sebastianes y Los Alegres del Barranco, completaron la lista de artistas esa noche.

No es nuevo que personajes del mundo artístico, comediantes incluidos, acepten participar en narco fiestas, a sabiendas que lo son, aunque muchos argumentan no estar enterados del tipo de evento para el que son contratados. Podrá haber algunos casos de ignorancia en ese sentido, pero en general es claro que acuden por el monto de la paga. Sin menor rubor ni cargo de conciencia, afirman que solo venden sus dotes artísticas, no su dignidad. En realidad, dinero mata dignidad, si es que ésta existe en ese mundo.

Por ejemplo, Julión Álvarez apenas el 15 de septiembre había cantado en el centro histórico de Morelia, contratado por el gobierno del estado y dos meses después regresa a Michoacán pero para animar la fiesta del hijo de un narco. Siempre ha habido recelos sobre dicha cantante: hace algunos años sus cuentas bancarias fueron congeladas por el gobierno de Estados Unidos, que lo investigaba por presuntos nexos con el crimen organizado. Como siempre, es en ese país donde se indaga a los famosos al respecto. En México, hoy menos que nunca.

Por lo que hace al gobierno del estado, es de suponerse que no lo volverá a contratar, luego de participar en la narco fiesta de Tanhuato. Por lo demás, ello reabre la eterna polémica respecto a la conducta de artistas, comediantes, deportistas y hasta políticos, incluso a veces periodistas, con relación a aceptar o no invitaciones de cualquier índole provenientes de la criminalidad. Cada quien tendrá su propia opinión al respecto, y todas válidas, pero me parece que en este tipo de situaciones no hay justificación que quepa: hacerlo evidencia una nula calidad moral, un cero respeto a las miles de familias enlutadas por el narcotráfico y una dignidad reducida a nada. Podrá haber algunos casos en que acudan obligados por el temor a ser víctimas de represalias, pero es indudable que son las excepciones.

Hacienda y la Fiscalía General de la República están obligados a tomar nota de este tipo de hechos: el dinero que recibieron esos “artistas” de manos de un narco, es motivo para ser indagados penal y fiscalmente. Es obvio que ello no sucederá, si hoy en México el gobierno abraza, no combate a los criminales. Luego entonces, Julión, Barraza, Teo y compañía, lo más probable es que también reciban abrazos gubernamentales, al quedar todo en casa.

Ni qué decir que el padre de la quinceañera es un supuesto objetivo de la propia Fiscalía. Todo mundo en aquella parte del estado supo de la fiesta, menos el gobierno, para no variar.

Es la tragedia de normalizar la criminalidad en México, donde ya nadie se azora porque personajes de la vida pública, con miles o millones de seguidores, acudan quitados de la pena a una narco fiesta, se embolsen millones de pesos y sigan en su actividad como si nada, y hasta contratados por gobiernos. Sigan siendo referentes y hasta héroes de millones de jóvenes. Patético.

Y a la pesadilla ya solo le quedan 315 días.

X@jaimelopezmtz

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