Si esto fuera una dictadura, sería muchísimo más fácil, siempre que yo sea el dictador, jeje.
George W. Bush (1946-?) Presidente de Estados Unidos
El paro de labores y bloqueo del Periférico por dos días por parte de un grupo numeroso de policías estatales, es solo una evidencia del desastre absoluto que ha sido la Guardia Civil.
Se trata de un ente amorfo, creado más por razones ideológicas que operativas, al verse obligado el gobierno michoacano a secundar la conformación de la Guardia Nacional. Y si ésta ha sido un fracaso total, ineficaz, coludida con los cárteles regionales, corrupta, la versión estatal ha ido en la misma ruta. La Guardia Civil ha ganado fama no por combatir a la criminalidad y reducir los índices delictivos, sino por extorsionar y hasta asesinar a ciudadanos, que le ven hoy con terror.
Ahora, además de ineficaces para cumplir sus tareas, los altos mandos de la GC son denunciados por sus propios subalternos por robarles una parte de su salario.
Que el paro de policías haya durado dos días, desnuda la incapacidad de los jerarcas para poder llevar siquiera con su personal una relación sin sobresaltos. Es notoria la indiferencia con que se conduce la dependencia, aunque increíblemente a su titular, José Alfredo Ortega Reyes, no haya poder humano que le sacuda. Vaya, si un policía asesina a un conductor de un vehículo sin ningún motivo, y el secretario Ortega siguió sin inmutarse en su cargo, cuando lo lógico era que hiciera sido removido, o que él hubiera renunciado por dignidad, un “simple” paro de labores de los policías no le va inquietar en lo más mínimo.
En realidad, el secretario se sabe intocable, al haber sido enviado por el alto mando de la Sedena. El gobernador Ramírez Bedolla ni siquiera lo conocía, pero lo aceptó sin chistar y durante casi tres años ha tenido que soportarle yerro tras yerro en la Guardia Civil.
Esa especie de inmunidad de que goza Ortega Reyes, le permite seguir tan campante mientras el estado retrocede en todos los índices delictivos, el crimen organizado amplía su control sobre buena parte de la geografía estatal, y hasta se toleran extorsiones y asesinatos cometidos por los policías.
La GC es la ineficacia andando, pero Ramírez Bedolla jamás se atreverá a remover al general secretario. El problema para el gobernador es que la pésima imagen de la GC la carga él, no Ortega, porque a éste nadie le conoce siquiera. Bedolla debe responder por lo bueno y lo malo de su gobierno, no sus secretarios. Pero su falta de decisión tarde o temprano le cobrarán factura política. Al tiempo.
Y a la pesadilla, a la actual, ya solo le quedan 110 días.
X@jaimelopezmtz