La democracia se basa en la certeza de que la gente ordinaria tiene grandes posibilidades
Ralph Waldo Emerson (1803-1882) Escritor estadounidense
El gobierno del estado insiste en negar que el paro de limoneros en la tierra caliente tiene como origen la ira de esos productores por la extorsión de que son objeto del crimen organizado. Asegura que es por problemas con el precio de la fruta. Miente, para no variar.
Y si miente, entonces no será capaz de resolver el problema, porque no aceptar la realidad impide maniobrar para salir de él.
La realidad es la que dibujan tanto Guadalupe Mora Chávez como el sacerdote Gregorio López: los limoneros no pueden quitarse del cuello la bota de la criminalidad, que ahora les ha aumentado la cuota de extorsión a su producto, ante la complacencia o, al menos, la indiferencia gubernamental.
Ese es justamente el quid del asunto: la ausencia de gobierno; en la tierra caliente mandan los criminales, imponen todo tipo de “leyes” en la actividad económica, productiva, laboral y hasta en el terreno personal. Imposible rebelarse por el tamaño de su fuerza. El único con capacidad de poner orden es el gobierno, y con éste no se cuenta, bien por desinterés cuando no por colusión.
La única respuesta del bedollismo es enviar patrullas de la Policía a la zona, más como reacción a los “periodicazos” nacionales, que como medida efectiva de seguridad para los limoneros. La Policía michoacana va para la foto, no más, porque el gobierno es eso, de fotos, no de resultados.
No se ve, pues, por dónde ni cómo se revierta la trágica realidad de los limoneros michoacanos. No al menos mientras en el poder, nacional y estatal, haya gobiernos que suelen abrazar a los criminales, no combatirlos. Ni modo, limoneros, es lo que hay.
Y a la pesadilla, a la actual, ya solo le quedan 48 días.
X@jaimelopezmtz