No tengo verdades, apenas convicciones
Jean Rostand (1894-1977) Filósofo francés
Al margen de la disputa con evidentes tintes políticos en que se han visto envueltos en los últimos días el gobernador Ramírez Bedolla y el alcalde Alfonso Martínez, por definir a qué nivel de gobierno corresponde remodelar el Mercado Independencia luego del incendio de una parte importante, y por el uso de los recursos del Faeispum, una cosa queda clara y debiera ser el punto nodal: las prioridades en el destino de los recursos públicos.
El edil advirtió este martes que aunque hay ya cinco obras comprometidas para ejecutarse con recursos de dicho fondo en Morelia, si el Estado decide que mejor se destinen a la reconstrucción del Independencia, él no ve inconveniente, pero que el gobierno bedollista debe asumir como propia la decisión.
El problema no es ese, sino la relevancia de cada tipo de obras: dentro de las ya planteadas para ejecutarse con recursos del Fondo de Aportaciones Estatales para la Infraestructura de los Servicios Públicos Municipales, están por ejemplo una clínica médica en el sur de la ciudad, dos plantas tratadoras de aguas negras y la modernización de la vía Amalia Solórzano.
Es evidente que por lo menos la clínica y las plantas recicladoras, son mucho más importantes que la remodelación del mercado. Un gobierno debe tener siempre la capacidad de saber ubicar en su justa dimensión la obra pública, en función de su impacto y beneficio social, sobre todo cuando el recurso es limitado. Y nadie con dos dedos de frente puede suponer que remodelar un mercado es más trascendente que construir una clínica médica o dos plantas de tratamiento de aguas residuales.
Ese debiera ser el quid del asunto para Ramírez Bedolla y para Alfonso Martínez. Por elemental congruencia y hasta sentido común, están obligados a encontrar cómo aplicar los pocos o muchos recursos que haya en el ya famoso y difícil de pronunciar fondo, en donde se justifique mayormente. Tan fácil como esto: si alcanza para clínica, plantas y mercado, excelente; caso contrario, la prioridad es fácilmente ubicable en ese mismo orden.
Solo diferencias de orden político o electoral, pueden hacer que algo tan fácil de resolver, se complique. Esperemos que no sea el caso.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 463 días.
twitter@jaimelopezmtz
