Es justicia y no caridad lo que necesita el mundo
Mary Wollstonecraft (1759-1797) Filósofa inglesa
Se ha abierto una confrontación entre el gobierno del estado y los partidos de oposición, relativa a la llamada mesa de gobernabilidad, instalada con motivo del inicio del proceso electoral. Empero, me parece que se trata de un choque fácilmente remontable, si hay compromiso para ello de las dos partes.
Al menos en los últimos cuatro o cinco procesos electorales en la entidad, se ha vuelto una constante que el gobierno propicie la instalación de una mesa en la que confluyan el secretario de Gobierno, los dirigentes de todos los partidos políticos, los titulares de los órganos electorales, así como el Fiscal de Justicia y el secretario de Seguridad Pública. Con relativos resultados hasta ahora, pero esa mesa siempre ha sido una vía para que el poder público ataje lo más rápido que se pueda, escenarios de violencia, amenazas y ataques en contra de candidatos en cualquiera parte del estado. Si bien el término es mucho más complejo y amplio que el de la seguridad, pero su antítesis, la inseguridad, ha llegado a tal grado en los últimos procesos electorales, que prácticamente todos los temas que se tratan en esa mesa son justo los de inseguridad o criminalidad.
Solo ver el estado de cosas en que está Michoacán en ese sentido, justifica esa mesa, si bien al gobierno en turno no siempre le parece necesaria su instalación, sobre todo porque evidencia que la inseguridad se encuentra desbordada, tanto, que se necesita una mesa especial en las elecciones para conocer y atacar amenazas o agresiones a candidatos.
De ahí la resistencia inicial del gobierno, sobre todo de Carlos Torres Piña, el secretario de Gobierno, para instalar la mesa, aunque finalmente el mandatario Ramírez Bedolla dio la orden de que se pusiera en funcionamiento. Pero apenas en la segunda sesión, la de la semana pasada, y ya la oposición en pleno la boicoteó: los lideres de PRI, PAN y PRD decidieron no acudir. Su argumento fue que el gobierno se niega a colocar los temas de inseguridad en dicha mesa, y que solo pretende que se aborden otros de corte logístico o administrativo. Si no se va a incluir el problema principal, que es el de la inseguridad, no tiene caso acudir, coincidieron los dirigentes partidistas. El gobernador y el presidente del IEM, Ignacio Hurtado, han externado su preocupación por la inasistencia opositora y han llamado a que regrese a la mesa.
No es válido que priístas, panistas y perredistas la boicoteen, pero tampoco parece razonable que el gobierno pretenda soslayar el tema más relevante y delicado, el de la inseguridad para candidatos y equipos de campaña.
La realidad ahí está y no se puede ocultar. Sin duda, la gran preocupación para las elecciones no pasa por su organización, ni tiene que ver con sospechas de fraude o falta de claridad y confianza en los resultados. Todo ello está cubierto a satisfacción por los organismos electorales. La auténtica preocupación, y en grado extremo, es la injerencia del crimen organizado en la definición de los resultados de las elecciones, porque ello implica amenazas y agresiones a los candidatos.
En esa lógica, partidos y gobierno están obligados a redoblar el esfuerzo. Los primeros a dejar de lado poses propagandísticas y el otro, el gobierno, a no impedir que en la mesa se aborden los temas verdaderamente torales del proceso electoral. Si las dos partes ceden un mínimo, el problema se zanjará sin dificultades. Sería sumamente preocupante que alguna de las dos partes se aferre a su posición de todo o nada. De entrada, se ve sumamente fácil la solución, porque todo radica en la voluntad de alcanzarla. Es decir, todo se reduce a voluntad. ¿La habrá?
Y a le pesadilla ya solo le quedan 364 días. X@jaimelopezmtz
