Ser justo con los que conmigo son justos es natural, pero serlo con los que son injustos conmigo, es un signo de superioridad
Lin Yutang (1895-1976) Escritor chino
Los treintaiún migrantes secuestrados el sábado en la autopista Matamoros-Reynosa, fueron “rescatados” sanos y salvos por los cuerpos policiacos y militares del estado mexicano. Sin duda, es una buena noticia.
Empero, debe advertirse que el hecho no huele, sino apesta a colusión entre las autoridades y el crimen organizado.
Veamos: los migrantes viajaban en un autobús sin siquiera tener un boleto; el secuestro se dio a plena luz del día en una de las autopistas más transitadas de Tamaulipas, cerca de la frontera, ante cientos de automovilistas. Es decir, en la más completa impunidad, lo que evidencia que los criminales actuaron, como siempre sucede, con todo el panorama a su favor, lo que solo puede lograrse cuando hay protección policial y gubernamental. Imposible de otra forma.
Luego, está claro que no es asunto ni aislado ni excepcional. El secuestro de migrantes es el pan nuestro de cada día en esa región del país, solo que casi siempre se da en menores escalas. Que ahora hayan sido más de una treintena de ellos privados de su libertad, hizo que el ilícito cobrara notoriedad internacional. El escándalo fue mayúsculo por todos esos factores. Cuando es en menor nivel, digamos en grupos de cuatro o seis migrantes, los casos ni siquiera se conocen públicamente, más allá de que sean cotidianos.
Y de no ser por ese escándalo, es altamente probable que los migrantes en este momento estuvieran muertos o convertidos en esclavos por el crimen organizado. Todo apunta a que al alcanzar tal nivel mediático, entonces sí hubo preocupación en las más altas esferas gubernamentales, no por el secuestro en sí, sino por la “mala imagen” que el hecho acarreaba.
Y sorpresivamente, al cuarto día, aparecen de la nada los migrantes. ¿Qué mecanismo de interlocución con el crimen organizado se activó en el estado mexicano para que fueran liberados? Evidentemente no fue resultado de un operativo policiaco y militar, sino producto de un acuerdo, que solo puede lograrse cuando la connivencia es absoluta entre el gobierno y los criminales. Ya era demasiado el escándalo y había que ponerle un alto. Total, ya habrá más grupos de migrantes a los cuales secuestrar sin que se produzca tal interés mediático y de redes sociales.
Con la pena, pero hay que liberar a los migrantes, ya causó mucho daño a la imagen gubernamental. Para la siguiente, a ver si se fijan que no sean grupos tan numerosos para que el evento ni siquiera trascienda y el negocio siga viento en popa para todos. Más, menos, ese pudo haber sido perfectamente el diálogo, o la orden dada a los criminales por el estado, quien quiera que lo haya representado.
No me consta, pero tampoco tengo dudas, dicen por ahí. Es el caso, doble contra sencillo.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 281 días.
X@jaimelopezmtz
