Un buen compromiso es aquel en el que todos hacen una contribución.
Angela Merkel (1954-?) Canciller alemana
En congruencia con lo que siempre he demandado para la Universidad Michoacana en términos políticos y financieros, debo reconocer que la iniciativa de reforma enviada por el Ejecutivo al Congreso del Estado, es necesaria para consolidar la autonomía de la institución.
Dos rubros son los medulares en dicha reforma: que la designación de quien ocupe la Rectoría recaiga en la comunidad nicolaita, es decir, que maestros, estudiantes y empleados, voten por el mejor perfil, y por otra parte que se garantice un porcentaje fijo mínimo en el presupuesto anual del gobierno del estado destinado a la Universidad, en este caso del 4.5 por ciento.
En realidad, esos cambios debieron haberse implementado hace un par de décadas, pero año con año se fue posponiendo por diferentes motivos.
Ahora que la aplanadora morenista en el Congreso garantiza la materialización de esos cambios, no puede aplazarse más la democratización en el método de selección del rector o rectora, así como la asignación de un presupuesto fijo anual a la Universidad.
Ciertamente, abrir la elección de la cabeza nicolaita a toda la comunidad, conlleva riesgos en términos de estabilidad, pero es preferible correrlos a mantener el esquema autoritario y oscuro que ahora sigue vigente. Y del aspecto presupuestario, puede aducirse que el referido porcentaje no garantiza la solución a los conflictos financieros que año con año enfrenta la institución, pero debe considerarse como un piso, no un techo, y eso garantiza un monto mínimo con el que contará la Universidad cada año, pero además tampoco es que haya la obligación de fijar un porcentaje mayor, porque la institución no puede ser ajena a la problemática financiera de la entidad y debe adecuar sus necesidades a la realidad económica. Además, deberá acentuar sus políticas de contención de gasto superfluo y de rendición de cuentas.
Ambos aspectos deberán marcar un hito en la historia de la Universidad, que a su vez estará más comprometida que nunca a elevar la calidad del trabajo que desarrolla en todos sentidos. Será el único organismo, autónomo o no autónomo, que tenga garantizado un porcentaje fijo del presupuesto estatal, lo que deberá redundar en estabilidad política y financiera. No son muy continuas las políticas públicas acertadas en la 4T. Cuando alguna es viable, debe ser respaldada. No todos los días acierta un gobierno de la 4T. Reconozco sin empacho la valía y transcendencia de esos cambios. Es de esperarse que no se diluya o traspapele en el Congreso. X@jaimelopezmtz