Para ser imparcial, hay que tener muchos doblones en el bolsillo
Príncipe Carlos José de Ligne (1735-1814) Escritor belga
La 4T, más concretamente, el presidente López Obrador, ha echado a andar la maquinaria de Estado en favor de Claudia Sheimbaum. Y entre la multiplicidad de factores que su estrategia contempla, destaca uno por evidente e inmoral: la cooptación de medios de comunicación.
El caso de los periódicos capitalinos es emblemático: todos, con honrosísimas excepciones, han dado su brazo a torcer y han arriado banderas en sus políticas editoriales, mismas que han puesto al servicio de la 4T.
La edición del lunes de esta semana así lo confirma: salvo el Reforma y El Financiero, todos los demás hicieron mutis respecto del mitin de cierre de precampaña que un día antes tuvo Xóchitl Gálvez. En el mejor de los casos, mandaron la información a sus páginas interiores. Incluso rotativos considerados críticos y plurales, como El Universal y Milenio, llenaron sus primeras planas con informaciones de todo tipo, menos del cierre de una aspirante a presidenta. Y no cualquiera, la candidata única de la oposición.
La razón solo es una: el gobierno ha decidido echar la casa por la ventana y formular convenios comerciales con todos los medios, pero no para difundir su propia información, que en todo caso sería válido, sino para asegurarse que la que genere Xóchitl Gálvez debe minimizarse, y la de Claudia Sheimbaum por el contrario, resaltarse. La “estrategia” sesentera vuelta a nacer.
Así, el único periódico de corte nacional que sigue no supeditado al gobierno, es Reforma, lo mismo que Latinus en el caso de medios por internet. El abanico de opciones informativas se va reduciendo dramáticamente.
La estrategia gubernamental es contundente y da resultados a pasos agigantados. Los casos de medios electrónicos, de redes sociales y de las casas encuestadoras corren por vías paralelas pero en el mismo sentido. De ellas, nos ocuparemos en la siguiente entrega.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 268 días.
X@jaimelopezmtz