Las verdades que revela la ciencia superan siempre a los sueños que destruye:
Joseph E. Renan (1823-1892) Escritor francés
Cien días pueden ser muchos o pocos para medir a un gobernante, según el cristal con que se quiera evaluar. Para la 4T es más que suficiente para dejar en claro que Claudia Sheinbaum enfila a México a la prosperidad, la paz y el desarrollo. Para cualquiera con dos dedos de frente son suficientes, pero para evidenciar que ella terminará de darle el empujón final al país hacia el precipicio, al que perfiló su guía, Andrés Manuel López Obrador.
Cien días son más que suficientes para corroborar que el gobierno de Sheinbaum no sólo es una extensión del lopezobradorista, sino que en muchos sentidos será más radical y, por ende, más peligroso aún.
Puede argüirse en su defensa que tomó un país brutalmente endeudado; con los peores índices de inseguridad, criminalidad y empoderamiento del narco; con la economía en caída libre y con el sector salud hecho añicos. Revertir eso no es cosa de cien días, acaso ni siquiera de un sexenio. Así de trágico fue el gobierno de López Obrador. Habrá que ver si en realidad su sucesora está decidida a intentar revertir esa inercia deficitaria. Cierto, ella no es responsable del escenario en que recibió el gobierno.
Pero de lo que sí es enteramente responsable, es no frenar el proceso de pulverización institucional, de destrucción de la democracia y de aniquilamiento de la división de poderes. Proceso iniciado por López Obrador, que ella tuvo en sus manos frenar, ya con el poder presidencial a su alcance, y sin embrago no quiso o no pudo. Para el caso es lo mismo. Pudo parar en seco la reforma judicial y la que llevó a la extinción de los organismos autónomos, y nada hizo. Lo dejó pasar no tanto por no contradecir a su jefe de siempre, sino porque claramente ella tiene el mismo espíritu dictatorial. Fue pretexto argüir que no podía ir contra López Obrador. Sí podía, pero no quiso, porque es una enamorada también de la concentración de poder, de la no rendición de cuentas, del autoritarismo, de la división de poderes y de la antidemocracia.
Nada, pues, hay que festejar en los primeros cien días de su gobierno. Sí tuvo forma de marcar diferencia con su gurú y simplemente no quiso. Y, como dijo precisamente el tabasqueño, lo mejor es lo peor que se va a poner. Si no, ¡al tiempo!
X @jaimelopezmtz