En política lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno
Konrad Adenauer (1976-1967) Canciller alemán
De terror, escuchar a Andrés Manuel López Obrador cuando le cuestionaron sobre lo que debemos hacer los ciudadanos cuando seamos objeto de amenazas por extorsión o cobro de piso, el fenómeno delincuencial más extendido durante su gobierno:
“…pues que no se expongan, porque si los obligan, los amenazan, pues que actúen con prudencia, con cuidado, que no se confronten con los dirigentes de estos grupos, que se queden callados, pero que no se dejen manipular”.
Pavoroso que un presidente sugiera a sus gobernados, en pocas palabras, que ante ese tipo de amenazas, nos sometamos a los delincuentes.
Ya no es un secreto que López Obrador parece velar por los intereses de los capos y de sus cárteles, pero se supondría que al menos para aparentar lo contrario, asegurara que lo que el ciudadano tiene que hacer ante esa situación, es confiar en sus autoridades y denunciar a los delincuentes, porque el gobierno está para defendernos de éstos. Digo, nadie lo creería, pero al menos no se desnudaría de sus auténticos compromisos, hoy ya inocultables.
En lugar de eso, sugiere que nos quedemos callados e implícitamente que paguemos lo que nos exijan los criminales, a los que ni siquiera se atreve a llamarles así, sino “los dirigentes de esos grupos”.
Es el auténtico ¡fuera máscaras! de López Obrador. Su receta para los ciudadanos víctimas de extorsión, refleja a su gobierno: atado a la criminalidad.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 244 días. X @jaimelopezmtz