Las decisiones deben tomarse cuando hay que tomarse.
Mariano Rajoy (1955-?) Ex presidente del gobierno español
A contra corriente de quienes suponen que solo es cosa de que porte la banda presidencial para que Claudia Sheimbaum comience a “ser ella”, se deshaga de Andrés Manuel López Obrador, y tome realmente las riendas del gobierno, no hay nada sólido que haga albergar tal expectativa.
Para desgracia de México, no parece haber duda de que Sheimbaum intencional, no obligadamente, no solo dará continuidad a las tiránicas y dictatoriales políticas públicas de su mentor y guía, sino que las profundizará.
Y es que ella, más incluso que el propio López Obrador, es una fiel convencida de la doctrina que dio pie en la década de los noventa, al Foro de Sao Paulo, que aglutina partidos y movimientos de izquierda radical, sobre todo de Latinoamérica, y que consagra medularmente cercenar libertades individuales y de prensa, estatización de la economía, desaparición de la división de poderes y su concentración en la figura presidencial, la vinculación del gobierno con el crimen organizado, el empoderamiento de las fuerzas armadas para garantizar su lealtad, el aniquilamiento de los partidos opositores y, por dantesco que parezca, la reproducción intencional de la pobreza como política gubernamental, bajo la premisa de que entre más pobres haya en el país, más dependientes serán del gobierno y por ende, más manipulables, sobre todo en coyunturas electorales.
Sheimbaum ha sido partidaria histórica de esa filosofía ligada a la trasnochada visión comunista que abrevó desde sus mocedades universitarias. Recibirá un país con media estocada adentro, pero ella no le hace el feo, por el contrario, se encargará de terminar de pulverizarlo.
Por eso, lejos de esperar un viraje en cuanto asuma el poder, ella se encargará de darle la puntilla letal al sistema democrático del país, porque así lo dicta el Foro de Sao Paulo y porque es la visión y la ideología de la doctora. La desgracia no termina el primero de octubre. En realidad, ese día comenzará a acentuarse. Si no, al tiempo.
Y a la pesadilla, a la actual, ya solo le quedan cuatro días. X@jaimelopezmtz
