Los perdedores reaccionan; los líderes se anticipan.
Tony Robbins. (1960-?) Conferencista estadounidense
Claudia Sheinbaum no desaprovechó el 12 de octubre para machacar con la cantaleta obradorista de que España debe ofrecer disculpas por la conquista de lo que hoy es México, hace medio milenio.
Disculparse enaltece, sea un país o una persona, dice, y desde luego que tiene razón. Disculparse es un acto de humildad y de entereza, pero cuando hay razones para ello. En el siglo XVl no existían ni España ni México. Eso cancela mantener esa discusión absurda.
Pero como es cierto que disculparse enaltece, bien podría la presidenta hacerlo con las familias de los niños del Colegio Rébsamen; o con las de quienes perdieron la vida en el accidente de la Línea 12 del Metro; o a nombre de la 4T por los 200 mil asesinados en el sexenio lopezobradorista; o por los 300 mil muertos de más por la negligencia gubernamental durante la pandemia; o por los cuarenta mil desparecidos también en la primera gestión cuatroteísta.
Y bien podría disculparse por los niños con cáncer que han muerto por falta de medicamentos; o por los miles que han perdido la vida porque en los hospitales públicos no hay ni una gasa para una intervención quirúrgica; o por los miles de niños que ya no están recibiendo vacunas y que pronto pagarán las consecuencias. Todo ello, cierto, no en su naciente gobierno, pero sí en el que ella dice que dará continuidad.
Como se ve, la presidenta Sheinbaum tiene mucho material para ser congruente con su dicho de que disculparse enaltece. Estoy de acuerdo. ¿O solo aplica para el de enfrente?
X@jaimelopezmtz