El pesimista ve las dificultades en cada oportunidad; el optimista ve la oportunidad en cada dificultad:
Winston Churchill (1874-1965) Primer Ministro británico
Es patético: en el marco de la peor crisis comercial, migratoria y de seguridad que se recuerde en décadas, Claudia Sheinbaum prioriza convocar a todos “sus” gobernadores, es decir, los de la 4T, para “evaluar el programa IMSS-Bienestar”.
Si al menos fuera realmente ese el tema de la reunión de la presidenta con los 24 gobernadores cuatroteístas, podría caber como explicación, aunque de cualquier forma sería recriminable que solo convocara a “los suyos”, no a todos los mandatarios estatales. ¿O acaso IMSS-Bienestar no tiene supuestamente alcance nacional?
Pero lo realmente grave, es que esa versión oficial es una mentira más de la 4T. Está claro que Sheinbaum resultó una calca de su mentor López Obrador: la mentira es parte de su vida, está en su ADN.
Esa versión es otra mentira: la reunión de este miércoles en Palacio fue para ordenarle a los gobernadores de la 4T que deben cumplir con determinado número de acarreados de sus estados para la concentración del domingo venidero en el zócalo capitalino, en donde la presidenta anunciará las medidas que adoptará su gobierno ante la aplicación de aranceles por Estados Unidos a las exportaciones mexicanas.
Es tal la importancia que le da Sheinbaum al evento dominical, que personalmente leyó la cartilla a sus gobernadores para que garanticen un zócalo a reventar, como supuesta muestra del apoyo popular a la mandataria.
Que a Trump le tenga sin cuidado lo que pase en el zócalo capitalino, no significa que Sheinbaum no siga el manual de los gobiernos populistas y dictadores: a la menor provocación, llamar al pueblo a la plaza pública y fingir que se le toma en cuenta para tomar medidas relevantes “ante el peligro que acecha al país de parte del imperialismo yanqui”. Si por décadas le funcionó a los Castro en Cuba, y a la dupla Chávez-Maduro en Venezuela, porqué romper el molde.
De ahí que Sheinbaum no hizo llegar la orden a sus gobernadores con ningún intermediario, personalmente se aseguró que no hubiera dudas ni que ninguno de ellos mostrara la menor reticencia.
Penoso que en eso gaste la presidenta sus cartuchos, como si el país no ardiera y estuviera al borde de una recesión económica. Ni hablar, pero es lo que hay. X@jaimelopezmtz