La justicia no espera ningún premio, se la acepta por ella misma, igual que todas las virtudes
Cicerón (106 a.C.- 43 a.C.)
Desde la confirmación de los primeros casos de Covid-19 en México, en abril de 2020, el país cobró notoriedad a nivel mundial no por el manejo profesional y científico de la pandemia, sino todo lo contrario, porque la charlatanería suplió a la ciencia, la ideología al sentido común y la lambisconería a la medicina.
Y en el epicentro de la mortal “política pública” del gobierno lopez obradorista, se erigió la figura, hoy tristemente célebre, del bien llamado doctor muerte, Hugo López Gatell. Fue designado por el presidente como el zar anti pandemia. Él decidía todo, desde la obligatoriedad o no del cubre bocas, hasta la compra o no de vacunas y medicamentos para el tratamiento de enfermos. A la luz del resultado de su protagónica gestión, no hay duda entonces que sobre su espalda y consciencia, suponiendo que ésta exista, pesan las 300 mil muertes que pudieron haberse evitado en la pandemia.
Empero, quedaba aún en el aire la duda de los alcances reales del poder de decisión del doctor muerte, tomando en cuenta que formalmente él tenía un jefe en la Secretaría de Salud, Jorge Alcocer, además, claro de López Obrador. ¿Alcocer tomaba decisiones haciendo valer su peso de secretario, las compartía con Gatell, o éste era autónomo, solo dando cuentas a López Obrador?
Gatell ha dejado de ser subsecretario de Salud, para buscar la candidatura de Morena a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, y con su salida comienza a correrse el velo de su real peso como zar anti pandemia. Este lunes, sesionó el Comité de Moléculas Nuevas para analizar las solicitudes de diversas farmacéuticas internacionales, que buscan ofertar en México sus vacunas de nueva generación contra el Covid, avalando las primeras de ellas.
En cualquier otra circunstancia ello no tendría nada de especial, pero en el México de hoy, el hecho es sintomático: primero, que dicho comité sesione ya es logro, porque Gatell siempre bloqueó su funcionamiento. Segundo, que la sesión se haya transmitido en vivo por redes sociales tampoco es tema menor, dado que el doctor muerte fue siempre un férreo defensor de reservar toda la información relacionada con la pandemia. Nada de transparentarla. Imposible pensar que él autorizara transmisiones en vivo como la de hoy. Y lo más importante: el comité autorizó, en primera instancia, a Pfizer para que venda aquí su vacuna bivalente, la que sí es útil y eficaz. Faltan más etapas para la aprobación final, pero es promisorio indicativo que avance esa probabilidad. Con Gatell, hubiera sido imposible que ello ocurriera, opositor como siempre fue a cualquier vacuna que no sea la patito, la cubana Abdala.
A la luz, pues, de esta nueva realidad, queda claro entonces que sí, el problema era Hugo López Gatell. Ahora que afortunadamente ha dejado el cargo en Salud, las cosas parecen comenzar a cambiar para bien. Se confirma así que era él el todo poderoso, que Alcocer era un florero más del gobierno. En hora buena porque el doctor muerte no influye más en el manejo de la pandemia. Acaso vengan tiempos mejores sin él.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 350 días. X@jaimelopezmtz