Gobernar es pactar; pactar no es ceder:
Gustave Le Bon (1841-1931) Sociólogo francés
Sandra Olimpia Garibay Esquivel es sólo la evidencia nítida de lo que es la reforma judicial: una trampa, un embuste, por lo demás, muy propio de la 4T.
La diputada morenista fue exhibida sugiriendo a conocidos suyos promuevan la inscripción masiva de abogados “interesados” en ser jueces o magistrados. Ello, de última hora, casi al cierre del plazo establecido para el efecto, luego de la pobrísima respuesta ciudadana al proceso.
El fracaso de la reforma es un hecho, pero la 4T trata de salvarlo artificial y mañosamente: si no hay inscripciones, se inventan o se ordena a mandos morenistas promoverlas por el atajo de la trampa.
Así, de la noche a la mañana aparecieron más de cuarenta mil interesados registrados, curiosamente en las plataformas del gobierno o del Poder Legislativo, ambos en manos de la 4T, no en la del Judicial, porque en ella no hubiera sido posible el dolo.
La 4T ya decidió transitar su reforma judicial en medio del estiércol: sin pudor infló cifras de abogados registrados, y sin pudor “evaluará” esas listas para enviar al proceso electoral solo a los que garanticen, ya como jueces o magistrados, total sumisión al gobierno. En esa ruta, la jornada de votaciones del primer domingo de junio será también una patraña, a la que se prestará el INE.
Pero nadie puede llamarse a sorpresa: la reforma no podía transitar por otra vía que la de la triquiñuela. Si es 4T, es embuste. No puede ser de otra manera.
X@jaimelopezmtz