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lunes, septiembre 16, 2024

UN EGO DEL TAMAÑO DEL ESTADIO MORELOS

Ser presidente se parece mucho a administrar un cementerio: hay mucha gente debajo de nosotros, pero nadie hace ningún caso.

Bill Clinton (1946-?) Presidente de Estados Unidos

Como le sucede a casi todos los políticos de menor monta que por azares de la vida acceden al poder de grandes ligas, Alfredo Ramírez Bedolla ha comenzado a dar señales de inestabilidad emocional, y eso, en quien debe tomar decisiones que afectan a millones de personas, es altamente preocupante.

El gobernador ha decidido que la sede del Congreso del Estado, el Palacio de Gobierno, el Centro de Convenciones o cualquier otro recinto, es demasiado pequeño para albergar un evento de tal magnitud como lo será su tercer informe de labores.

Supone que Michoacán entero está esperando la magna fecha y que ríos de personas se pelearán un espacio para escucharle las buenas nuevas. Así que decidió que su informe sea en el Estadio Morelos, y eso porque no hay un inmueble con mayor capacidad en todo el estado.

Qué lejos quedó aquella imagen austera y republicana que históricamente acompañó a Bedolla. Es evidente que más rápido de lo “normal”, la inestabilidad emocional, la pérdida de sentido de la realidad, le ha alcanzado.

No es preciso ser un profesional del estudio de la conducta mental, para entender que Bedolla sufre ya un trastorno emocional que le hace suponer que no es un gobernador común y corriente, sino “especial”, y por ende no puede emular a sus antecesores que presentaban sus informes en cualquiera de los inmuebles descritos. Si es “especial”, tiene que hacerlo en un escenario especial.

Bedolla quiere disfrutar que cuarenta mil almas le aplaudan, y eso solo lo puede lograr con acarreados que llenen el Estadio Morelos. Su ego descontrolado así lo demanda. La falta de resultados en su gobierno es inversamente proporcional a la dimensión que quiere darle a su informe, misma ecuación que opera en un ególatra: a menor estatura mental, más imperativo se vuelve demostrar lo contrario.

¿O es acaso que sabe que será su último informe como gobernador, porque el interinato está a la vuelta de la esquina, y quiere darse un baño de pueblo de ese nivel antes de irse?

Cuando se pierde la realidad, todo es viable.

Y a la pesadilla, a la actual, ya solo le quedan 25 días.

X@jaimelopezmtz

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