Si el hombre fracasa en conciliar la justicia y la libertad, fracasa en todo
Albert Camus (1913-1960) Novelista y filósofo argelino
Una buena, o medianamente buena, y una terriblemente mala de los diputados michoacanos este jueves. Primero, la aprobación de la Ley de Movilidad. Luego, la de juicio político contra alguien que, en este momento, no es sujeto de juicio político.
La medianamente buena: aprueban una Ley de Movilidad que si bien contiene más buenas intenciones y lugares comunes respecto de la supuesta idea de mejorar los estándares de calidad y eficiencia del transporte público y privado en la entidad, abarca afortunadamente un rubro sensible y polémico, pero que hacen bien los legisladores en contemplar: regular el transporte de pasajeros que tiene su base en las plataformas digitales.
Ese era uno de los puntos de inconformidad de las agrupaciones de transportistas que este jueves generaron un caos absoluto en la ciudad, bloqueando el Centro Histórico y dejando sin servicio a miles de morelianos durante más de cuatro horas. En ese apartado no tuvieron éxito, porque la Ley de Movilidad fue aprobada tal cual se presentó. Los transportistas, empero, consiguieron sacar de la agenda legislativa del día, una reforma a la ley electoral que prohibía la saturación de anuncios políticos o partidistas en las unidades del transporte público.
Y la mala: actuaron con absoluta incongruencia y hasta falta de elemental sentido común, al aprobar la iniciativa de instaurarle juicio político a Miguel Ángel Aguirre Abellaneda. Resulta que el juicio político solo aplica para servidores públicos, y Aguirre en este momento no lo es, dado que los mismos diputados le destituyeron de su cargo de Auditor Superior de Michoacán hace apenas una semana. Cosa más absurda.
Incluso, es altamente probable que la sesión de este jueves tenga visos de ilegalidad, y cuyos resultados puedan por tanto ser impugnados por quien se sienta afectado por lo que ahí se resolvió. Ello, porque la ley estipula que para sesionar en un sitio alterno al oficial (lo que sucedió porque el edificio de avenida Madero se encontraba bloqueado por transportistas), debe contarse con la mayoría calificada de los diputados, es decir, 27. Y resulta que en la sesión en Altozano había apenas 23.
Día, pues, de claroscuros en el Congreso. Veremos si aún hay un desenlace diferente.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 489 días.
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