Un Estado donde queden impunes la insolencia y la libertad de hacerlo todo, termina por hundirse en el abismo:
Sófocles (496 a. C. – 406 a. C.) Poeta griego
Fue un enorme jugador de fútbol, seguramente uno de los tres mejores mexicanos de todos los tiempos, pero ha sido una vergüenza como político y es un detestable ser humano.
Cuauhtémoc Blanco ha librado, por lo menos por otros tres años, la cárcel, en la que debiera estar tanto por corrupción en su faceta de gobernante, como por posible intento de violación y por agresiones. Tres mujeres lo acusan con dedo flamígero: de corrupción su sucesora la gobernadora de Morelos, de intento de violación su media hermana, y de agresiones físicas su esposa. Nada más.
Pero ninguno de esos posibles delitos es tan severo en la 4T como para romper el pacto de sangre de sus jerarcas: defenderse unos a otros a muerte, asi estén acusados del delito más grave. Mientras sigan con la camiseta de la 4T bien puesta, pueden robar, violar, agredir, que nada les pasará.
Este jueves, en una lamentabilísima decisión, la Cámara de Diputados extendió certificado de impunidad e inmunidad a uno de sus integrantes, Cuauhtémoc Blanco, rechazando la solicitud de que se le instaurara juicio de procedencia para retirarle el fuero del que goza, y así poder ser enjuiciado por los delitos que le achacan la gobernadora, su media hermana y su esposa.
Son demasiados señalamientos, a cual más de ellos grave, como para suponer que sean infundados, al margen de la documentación y pruebas diversas al respecto. Lo grave, además, es que cualquiera infiere que el manto de impunidad sobre el futbolista en mala hora metido a político, vino desde Palacio. Al asumir el poder, Claudia Sheinbaum aseguró que con ella, “llegamos todas”. Es claro que no todas: al menos tres mujeres agraviadas por Blanco se quedarán a la espera de justicia, su sucesora en Morelos, su media hermana y su esposa.
X@jaimelopezmtz
