La absolución del culpable es la condena del juez:
Publio Ciro (85 a.C. – 43 a.C.) Escritor romano
Lo ocurrido este fin de semana en Zapopan es una evidencia del grado de culturización de la criminalidad enraizada en México.
Y a cuál más de peligrosos los diferentes factores involucrados:
Uno, la normalización de los “artistas” al hacer apología de líderes criminales, sin rubor alguno exhibiendo imágenes de ellos en claro sometimiento a su poderío.
Dos, no puede soslayarse que el recinto en el que cantaban Los Alegres del Barranco es propiedad de la Universidad de Guadalajara. ¿No saben las autoridades estudiantiles el tipo de música que interpreta ese grupo?, ¿cómo fue que autorizaron el espacio para su concierto?, ¿estrictamente por dinero?
Tres, el mismo cuestionamiento debe hacerse al gobierno, sobre todo municipal y estatal, ahora indignados por el bochornoso espectáculo.
Cuatro, acaso lo más preocupante: la reacción de los asistentes al ver en el fondo en pantalla gigante, la imagen de Nemesio Oseguera mientras se interpretaba un corrido en su honor. Lejos de indignarse, vino el aplauso casi generalizado. Jóvenes la mayor parte de ellos. ¿No hay en la juventud mexicana un mínimo de conciencia sobre el efecto devastador del empoderamiento de los cárteles?
Y cinco, el escándalo es más mediático que ciudadano, donde nada parece preocupar: mientras se reciba una pensión gubernamental, el raciocinio está cada vez más nublado. Son los tiempos estelares de la 4T. X @jaimelopezmtz
