Recordábamos esta mañana el trágico terremoto de 1985. Hace 32 años, México vivió uno de los más terribles desastres naturales con una cifra que, se dijo en su momento, llegó a los 10 mil muertos.
Las imágenes de aquella ocasión, cuando México se paralizó y el gobierno de Miguel de la Madrid no atinaba qué hacer ante la magnitud de la tragedia, daban vuelta por nuestras mentes como un recuerdo doloroso de aquél triste día.
Como ya es costumbre, muy temprano, a las 7:19 am el izamiento de la Bandera Nacional a media asta en señal de luto. Habría también simulacros de evacuación como una forma de estar preparados ante este tipo de eventualidades.
Si embargo, por condiciones no aclaradas, los simulacros fueron cancelados, seguramente, se cree, derivado del sismo del pasado 7 de septiembre.
En eso estábamos cuando, en una amarga coincidencia, la tierra se estremeció, exactamente 32 años, 5 horas y 55 minutos después de aquella tragedia.
La confusión y sorpresa del momento no nos permitió dimensionar la magnitud del sismo de inmediato; incluso el Sismológico Nacional no informó de inmediato sobre la magnitud del movimiento telúrico.
Al paso de los minutos nos dimos cuenta de la triste realidad. Otra vez la tragedia azotó a México. Hasta cerca de las 21:00 horas la cifra rebasaba los 143 muertos y lamentablemente amagaba con crecer.
De nueva cuenta la Ciudad de México se colapsó ante la magnitud del fenómeno, el cual también golpeó a los estados de Puebla, Morelos y México.
¡Qué amarga coincidencia!
