Nuestro sistema educativo nacional se encuentra en una situación de emergencia, donde sus principales indicadores manifiestan la gravedad de lo que se está viviendo en él. El fenómeno de la disminución de matrícula en la nación no es nuevo, tiene varios años pasando, pero no para el problema a pesar del regreso de la pandemia.
Es una dura situación multifactorial que está evidenciada en los mismos datos de la SEP, donde se ve claramente que hay una disminución de más de trescientos mil estudiantes de educación básica entre los dos ciclos escolares más recientemente concluidos.
Lo verdaderamente grave es que, detrás de posibles variaciones en la tasa de natalidad, se encuentra el invisibilizado fantasma del abandono escolar. Sí, ese del que nadie quiere hablar, pero que hace que menos de la mitad de los niños que ingresan a primero de primaria logren terminar una carrera universitaria en algún momento de sus vidas en este país.
Es un hecho: hay una deuda del régimen en el poder respecto a prever y diseñar políticas públicas efectivas que garanticen el acceso y la permanencia de todas las niñas, niños y jóvenes. Lo anterior es una obligación constitucional del gobierno mexicano, que hasta la fecha sigue siendo una promesa incumplida para las generaciones en formación.
En esta ocasión, retornó a la agenda pública este gravísimo fenómeno a través de una nota elaborada por la periodista María Cabadas Nápoles, para el diario El Universal, la cual alcanzó su primera plana en la edición del viernes pasado.
En ella, se consultó la opinión de los investigadores Marco Fernández, Fernando Ruiz y un servidor.
Esto tuvo eco en la conferencia matutina que imparte la Dra. Claudia Sheinbaum, Presidenta de México, donde una reportera le cuestionó respecto a la nota de primera plana sobre la disminución de matrícula. La respuesta presidencial fue en el sentido de cuestionar los datos presentados, instruir al titular de la SEP para construir una respuesta y prometer se brindaría una réplica en ese mismo espacio en fecha subsecuente.
Al respecto, es importante analizar que, primeramente, es inédita la reacción de no negar las circunstancias expuestas, tampoco se descalificó al medio, al mensajero, ni a quienes opinamos en la nota.
En segundo término, a manera de seguimiento transexenal, sí se sostiene la posición de los “otros datos”, los propios.
Tercero, se admite que no se tiene el análisis del fenómeno de disminución de matrícula listo y a la mano, que los datos con los que cuenta la persona que debería estar más informada en este país es insuficiente, al menos en materia educativa.
Cuarto, se instruye al titular de la política educativa proveerle de la información y el análisis respectivo.
Finalmente, se anticipó que se dará a conocer la respuesta al respecto.
Si bien, a todas luces, aún no se cuenta con un posicionamiento oficial al respecto de tan grave fenómeno, el proceso inspira un guiño de confianza respecto a una posible actuación diferente del actual gobierno respecto al anterior.
Esperaremos el parte oficial del titular de la SEP, quien tiene una titánica tarea sobre su espalda: honrar la palabra de la Presidenta Sheinbaum, de ser recordada como “la presidenta de la educación”.
También, ahora, tendrá que hacer un estudio científico para explicar las causas de la disminución de la matrícula en el sistema educativo nacional y, sobre todo, del abandono escolar, establecer el diagnóstico y el diseño de políticas públicas, previa consulta nacional rumbo al Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030, en aras de que las niñas, niños y jóvenes de nuestra nación tengan posibilidades fehacientes de completar trayectorias completas desde educación inicial hasta educación superior.
Esperemos no quede en el ámbito mediático el tema y sí se construyan soluciones para la problemática, la cual ocasiona en estados como Michoacán que, solamente 2 de cada 10 estudiantes de primaria logren terminar una carrera universitaria.
Estemos atentos.
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