Se vienen dos nuevas reformas para modificar por enésima ocasión la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y por lo que ha anunciado la presidenta, serán en materia electoral.
La primera de ellas tiene que ver con el nepotismo, es decir cuando en un cargo se sucede entre familiares; esta reforma puede que sea la que menos controversia cause de las dos, pues esta más vinculada con temas de índole republicano, en el anhelo de evitar familias reinantes por llamarlo así y a abrir los cargos públicos a más personas y no solo a los integrantes de una familia.
El caso no es menor, pues podemos ver desde siempre familias que en el ejercicio de los cargos se transmiten entre parientes, era una práctica que ya se venía dando, pero que al parecer en últimas fechas se ha hecho más público.
Acaso la familia que se verá más afectada será la Monreal, que han hecho de Zacatecas su coto personal, donde dos de los integrantes ya han sido gobernadores y otro al ser senador, pintaría que se encuentra en línea de sucesión lógica para ser también gobernador.
Habrá que ver en que sentido se limitara ese traspaso de poderes entre familiares, pero suponemos que el alcance se limitara a ocupar el mismo cargo en forma inmediata familiares, es decir un gobernador de la familia X no podrá entregar el cargo a un miembro de su misma familia X, pero sí a uno de la R.
Sin embargo, suponemos que el alcance será limitado, porque el no entregar el cargo a un miembro de su misma familia, estos si pueden ocupar diputaciones, senadurías, presidencias municipales. Lo que hará es limitar el margen de nepotismo, pero es difícil que se elimine al 100%.
Habrá que ver si tendrá efectos inmediatos o se pondrá en efecto hasta el 2030, como se había primeramente planteado, lo que daría pie a que en Guerrero Félix Salgado Macedonio pudiera suceder a su hija, la actual gobernadora Evelyn Salgado.
La segunda reforma tiene que ver con eliminar la reelección en los cargos de elección popular, bajo la consigna de recuperar el espíritu el texto original de la Constitución de 1917, que según las palabras de la presidenta planteaba la no reelección, lo que es falso. Lo que la Constitución de 1917 prohibía y sigue prohibiendo, es la reelección únicamente del presidente de la república, en los demás cargos no se establecía esta limitante.
A nuestro parecer, la reelección ha sido más benéfica, pues permite que la sociedad pueda premiar a gobernantes que han hecho un buen trabajo con su continuidad en el cargo y así mismo castigarlos. Podríamos decir que es una forma que se tiene para rendir cuentas y que sea el elector quien en primer termino premie o castigue el desempeño de los servidores públicos.
Seria benéfico continuar con la reelección, pues permite que los gobernantes hagan de mejor forma su funciones ante el riesgo de en una elección inmediata se pierda el cargo y además de que se aprovecha la experiencia que ya se tiene el cargo.
Claro, esta reelección con limites como hoy se tiene, es pertinente para evitar que eternización en los cargos.
Estas son los primeros avances de un proyecto más amplio de reforma electoral, que busca modificar en mucho la forma en que se han venido conformando los poderes, pero hasta ahora, el único que no se ha visto sujeto a reformas, es el ejecutivo federal, que queda como el poder que termina evaluando a todos los demás.