Un antropólogo norteamericano, con frecuencia me preguntaba: “Jaime, ¿por qué miente el mexicano? Nunca supe responderle, pero siempre creí que no solo el mexicano. Hoy me preguntaría: ¿Por qué comete fraudes el mexicano?
Algunos dicen que la cruza hispano-mexica salió mala; otros, que es la respuesta a cuatrocientos años de vivir engañados; y si le buscamos, habrá mil posibles causas, pero el problema allí está.
Copiamos en los exámenes, pagamos boleto de sol y queremos platea, marcamos las cartas de la baraja, les damos a comer postas al gallo contrincante, compramos títulos en la Universidad de Santo Domingo, y hacemos mil y una trampas. Y no hay, prácticamente, campo de la actividad humana exento de chanchullos, de fraude.
Analicemos algunos casos que han ocurrido en el deporte. Recordemos a los futbolistas que en 1988 incluyeron, en el equipo “Sub 20” a, por lo menos, cuatro jugadores que rebasaban la edad. Allí le dijimos adiós a la Copa Mundial de Italia.
O bien, hablemos de un señor de apellido Madrazo quien, después de haber participado en unas elecciones presidenciales en México, realizó la hombrada de llegar, fresco, sonriente, sin una gota de sudor, en el primer lugar en la categoría de varones de 55 a 59 años, en la carrera de Maratón en Berlín: había hecho mutis del kilómetro 20 al 35, pero se le olvidó que sus tenis llevaban un chip delator y que por torpes que fueran los jueces nadie iba a creer que hubiera corrido esos 15 kilómetros en 20 minutos.
Hay un señor de nombre Benjamín Paredes, un maratonista que obtuvo medalla de oro en los Juegos Panamericanos de 1955 y alcanzó el octavo lugar en una Maratón de las Olimpiadas (ignoro si fue en Atlanta 96 o en Sydney 2,000), quien aparece en un video orientando a los corredores que participarían en la carrera Maratón de Chicago, cómo hacer chanchullo para ganar. Les dice claramente: “No sean … tontos, hay un chip abajo, aquí en el tobillo, no corran con las zapatillas del equipo, váyanse caminando hasta el kilómetro 20 y de repente se meten a la carrera…”
Y más cercano a nosotros, en la reciente carrera de 42 Kmts. en la ciudad de México, más de 10,000 corredores (la tercera parte de los participantes) no pasaron por uno de los puntos donde se registraba el tiempo de cada uno. Ah, pero eso sí, todos llegaron a la meta.
Un viejo refrán asegura: “Donde quiera se cocen (no cuecen) habas, y en mi casa las olladas”. Así que no nos dio, ni frío ni calor cuando supimos que, en España, la semana pasada, los candidatos a Jueces y a Fiscales, participaron en un examen, pero se investiga si es verdad el rumor generalizado de que ya conocían lo que se les iba a preguntar. ¿Cómo ve usted? Si eso ocurre en la llamada Madre Patria y con quienes van a aplicar la justicia…
