Los procesos electorales en México de una u otra manera han sido siempre empañados por el uso ilegal de recursos públicos y humanos por medio de promotores del voto afines al partido en turno, lo que deriva en el empañamiento de forma importante de los procesos electorales; desde la oposición, se denuncia lo anterior, se escribe sobre la legitimidad o ilegitimidad de las elecciones y su certeza, independencia, imparcialidad y objetividad; hoy estamos frente a una decisión muy importante que surgirá en unos días en el pleno del Instituto Nacional Electoral en materia de la asignación de espacios plurinominales, decisión o determinación que podrá ser recurrida o impugnada por quién considere le afecte en sus derechos en materia electoral, ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Las reglas en materia electoral se han fijado siempre por las mayorías legislativas, en el presente lo que antes fueron esas mayorías, hoy son las minorías ubicadas como oposición al partido oficialista en turno, las disposiciones que en el pasado les pudieron favorecer, hoy les pueden pasar a perjudicar por la ambición de poder que han acompañado al hombre en el transcurso de su historia; aquellas otroras minorías del pasado que hoy detentan el poder, que lucharon por el respeto a los principios que deberían regir el comportamiento y la actuación de la clase política en torno a una elección, voltean la vista y asumen actitudes contrarias que se tornan en antidemocráticas por mera conveniencia.
La lección que nos arroja el pasado proceso electoral en México, es el relativo a que sí, hubo efectivamente una mayoría apoyando a los candidatos del partido en el poder, el partido hoy llamado “oficialista”, una mayoría que no representa a la mayoría del electorado, ya que millones de personas se quedaron en casa en plena apatía para participar emitiendo su otrora prerrogativa electoral de poder emitir un sufragio en favor de un candidato; la mayoría “relativa” ha decidido por todos los demás, es la consecuencia misma de los actores políticos que incide y nulifica la voluntad de ese electorado omiso, que por su inacción estamos posiblemente por ingresar a una crisis nacional que nos puede costar mucho trabajo revertir.
Seguimos viviendo una simulación autoritaria como característica nacional, sin elecciones autenticas que nos ofrezcan un legitimo poder público, es la continuidad del otrora partido hegemónico que no supimos desterrar; que la crisis que se nos avecina la sepamos en su momento afrontar… @lvarezbanderas