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lunes, noviembre 25, 2024

A EMERGENCIA NACIONAL IMPONEN LA SUSPENSIÓN DEL PROCESO ELECTORAL

J MA. CARDONALa tragedia nacional por los sismos del 7 y 19 de septiembre, donde miles de mexicanos han quedado damnificados, surgió la insurgencia de la sociedad, para salvar vidas no solo humanas, si no también animales; la solidaridad a vuelto a emerger en medio  de una cultura del neoliberalismo que es egoísta, de competencia y de una conducta “humana” individualista que tiene como la ganancia de los dueños de los capitales.

De esta manera los gobiernos a todos los niveles en diez estados del país que fueron afectados por los sismos incluyendo la capital del país quedaron rebasados por la sociedad civil que se volcó aprestar auxilio momentos después del sismo, sin importar quién era quién, en medio de los pedazos de concreto, las varillas retorcidas, el polvo de la tierra  por los derrumbes, las cadenas humanas que se formaron tanto para ir quitando los pedazos de escombro como para abastecer a los brigadistas y voluntarios, así mismo para preparar los alimentos que permitieron mantener con energías y descanso a los mismos.

La solidaridad se volcó a las calles y  la población tomo el control de la situación auto organizándose, lo que causo por parte del gobierno de Peña Nieto el terror  lo que  lo obligo a sacar a los soldados y marinos para supuestamente controlar la situación, pero en lugar de eso se convirtieron en un  verdadero obstáculo para  el rescate.

Prueba de ello, fue el caso del Colegio Rébsamen donde el general Ángel Enrique Sarmiento izo el ridículo al montar  un espectáculo perfectamente controlado para rescatar a una supuesta infante de nombre Frida Sofía en complicidad con Televisa.

Entre tanto,  en otros lugares del desastre en la Ciudad de México, la ayuda se obstaculizaba por la milicia y Peña Nieto únicamente apareció para tomarse la foto.

Los partidos políticos y sus dirigentes en los primeros días, guardaros silencio ante la magnitud del desastre y  fue la sociedad civil principalmente constituida por trabajadores de la construcción que todavía participan en las labores de rescate y  los que por medio de las redes sociales cuestionaron al gobierno peñista y a los impúdicos partidos políticos; haciendo la petición para que entreguen  sus millonarias prerrogativas que derrocharan en propaganda política en el proceso electoral del 2018.

A través de la plataforma Change org. Más de siete millones de ciudadanos firmaron la petición demandando que los impresentables partidos políticos renunciaran a los recursos financieros que le tocan para la  campaña electoral del 2018 por más de 6 mil  millones de pesos el año que entra.

Por su parte, López Obrador, salió sínicamente  a decir  que su famosa Morena donaría el 20 por ciento de lo que le toca pero que no lo entregaría a la Secretaria de Hacienda, mientras que Enrique Ochoa Reza a ido más allá y propone “donar” el cien por ciento de las prerrogativas del cuarto trimestre y los 6  mil millones de pesos  que le tocan a los partidos, ya mencionados por única vez además de eliminar a los  plurinominales tanto senadores y diputados federales como locales lo que significa toda una maniobra para eliminar a las minorías políticas en la representación popular lo que  se interpreta como  un retroceso en términos formales en la democracia del país, aunque mayoritariamente existe el repudio ciudadano a la partidocracia.

Los sismos también han fracturado estructuralmente al régimen político constituido en sistema de partidos, es muy aventurado, pero no se descarta la hipótesis de que el mismo también se derrumbo con los sismos.

Para el gobierno, los partidos políticos impúdicos y sus dirigentes  no hablan de suspender el proceso electoral del 2018, ante la emergencia nacional y harán derroche de los recursos financieros de origen público y que constituye ya para el pueblo de México una ofensa  nacional.

En medio de la tragedia y los altos costos que  tendrá la reconstrucción de las zonas afectadas del país y los daños a la población civil, donde seguramente el gobierno peñista y el que venga hará caer sobre las espaldas de millones de  trabajadores a través  de un mayor endeudamiento y seguramente mayores impuestos.

En medio de  la tragedia nacional, se impone la necesidad de suspender el proceso electoral del 2018 y que la sociedad civil, concretamente el pueblo trabajador le arrebate a la impúdica clase política y  al gobierno peñista el rumbo del país. Los trabajadores y el pueblo de México, no tienen por qué pagar el costo de la reconstrucción nacional. Es la hora de plantear un nuevo sistema político y gobierno en manos de los trabajadores y de  la sociedad civil.

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