En las viejas mesas de redacción de los diarios se decía comúnmente que una buena fotografía valía más que el contenido de la nota, y así es, la semana pasada la fotografía de un migrante salvadoreño y su pequeña hija que se encontraron ahogados al intentar cruzar el Rio Bravo para llegar a los Estados Unidos en busca del “sueño americano”, revelo el drama humano de la migración.
Más de 800 mil migrantes según varias fuentes periodísticas han llegado a la frontera norte del país, después de cruzar el territorio mexicano en un verdadero viacrucis o calvario- que quiere decir camino a la muerte – victimas tanto de los tratantes de personas como de los agentes del Instituto Nacional de Migración y ahora de la bota militar de la Guardia Nacional que tiene como objetivo frenar la migración de la población centroamericana a los Estados Unidos.
La historia ya es conocida del papel de sumisión del gobierno de López Obrador a los intereses de Trump en el vergonzoso acuerdo secreto donde el gobierno de la Cuarta Transformación cambio la imposición de aranceles por contener el flujo migratorio.
El numero de migrantes centroamericanos al país del norte aumento exponencialmente durante los dos últimos meses lo que alarmo al gobierno estadunidense que con su toda política del muro y soldados así como el personal de migración no era suficiente para detener el torrente humano que huye de sus países – Guatemala, Nicaragua y el Salvador-, donde la violencia, la crisis política y económica expulsan a su población, a parte de la pobreza que padecen.
De acuerdo al informe preliminar económico 2018 de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), el comportamiento económico de los tres países antes citados es de un promedio del 3 por ciento anual, pero el mismo no es suficiente para satisfacer las necesidades sociales y los salarios tienen una pérdida de su poder adquisitivo de casi el 80 por ciento.
Además que las tasas de desempleo abierto urbano son mayores al 3 por ciento y más de la mitad de la población económica activa se encuentra en la economía informal.
A esto hay que agregar los efectos del cambio climático que tiene repercusiones negativas sobre la producción agrícola entre otras causas de carácter productivo.
También la situación política de estos países juega un papel importante en las condiciones sociales, en Guatemala los escándalos de corrupción de los gobiernos en los últimos años; en Nicaragua el régimen totalitario del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Daniel Ortega y en el Salvador y Honduras la población tiene que enfrentar a las oligarquías que son verdaderas marionetas de los intereses de los Estados Unidos que oprimen a la población, además de la falta de democracia que constituye otro elemento de primera importancia de la vida pública de los países centroamericanos.
Por otra parte, la situación de los años ochentas en estos países por las revoluciones que tuvieron lugar generaron una primera ola de migración a los Estados Unidos y con ello se han formado redes sociales entre los residentes del país del norte y ahora los migrantes que según otras notas periodísticas son los que financian la migración centroamericana enviando dinero a México mediante las tiendas de conveniencia para que los migrantes centroamericanos paguen a los coyotes el traslado desde la frontera sur a la norte con los menos riesgos posibles; solo de esta manera se explica la rapidez de la propia migración.
La política vergonzosa del gobierno de López Obrador en materia migratoria a aumentado el riego del flujo migratorio en las últimas semanas, aparte del riesgo de cruzar la frontera norte por la política anti migrante de Trump, y prueba de ello es la muerte no solo del migrante salvadoreño y su pequeña hija encontrado muerto en el Rio Bravo; la muerte alcanza a varias por lo menos decenas de migrantes en su intento de alcanzar el famoso “sueño americano” que en realidad es el infierno en la tierra.
Entre las causas de la migración antes expuestas, esta la política de López Obrador que criminaliza la propia migración, que por cierto la Organización de las Naciones Unidas, no la considera como un delito, ni tampoco las leyes mexicanas, así la consideran, en los hechos, el gobierno de López Obrador hoy persigue a los migrantes centroamericanos bajo la bota militar de la Guardia Nacional; todos estos factores han convertido la migración centroamericana en un verdadero drama humano.