La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo enfrenta dos problemas fundamentales en el corto plazo, por una parte la crisis financiera que lleva a declararse sin los recursos para pagar salarios, prestaciones y aguinaldo de fin de año a más de 8 mil profesores y trabajadores administrativos y por la otra tiene que enfrentar la imposición de un nuevo rector a espaldas de la comunidad universitaria a través de la Comisión de Rectoría.
Muchos aspirantes al rectorado están haciendo fila en el domicilio del presidente de la Comisión de Rectoría para ver si les cae el dedo y alguno de ellos o ellas los convierte en Rector (a).
Mientras tanto, los sindicatos universitarios nicolaitas continúan en movilización y en negociaciones conjuntas con Medardo Serna para conseguir recursos financieros extraordinarios y poder solventar la crisis de liquidez y saldar deudas.
Pero esta estrategia ha sido equivocada ya que en primer lugar, la única responsabilidad de pagar los salarios en última instancia es el rector que es el patrón de todos los trabajadores universitarios.
El rector Medardo Serna González siempre ha tenido una posición antisindical, en primer lugar cuando el ex rector Salvador Jara Guerrero fue impuesto como gobernador de Michoacán estuvo impulsando la reforma a la Ley Orgánica de la universidad para reformar el régimen de pensiones y jubilaciones, después de a ver manifestado sus simpatías por el candidato del PRI a la presidencia José Antonio Meade, es decir que se la jugó con ese proyecto, pero al ver el triunfo de López Obrador avasallante se le puso de rodillas para solucionar la crisis financiera de la universidad, sin embargo López Obrador no tenía hasta anteayer el interés de resolver el problema financiero que enfrentan más de diez universidades del país.
Prueba de lo anterior es el recorte al presupuesto para el 2019 a las universidades comenzando con la UNAM, lo que obligo a los rectores a movilizarse para presionar al Congreso de la Unión para evitar el recorte.
AMLO tuvo que echarse para atrás ante la amenaza de las movilizaciones estudiantiles, los profesores y trabajadores universitarios a nivel nacional en defensa del presupuesto y la autonomía universitaria: con esto quedó evidenciado que debajo de la camisa y la corbata de López Obrador lleva una camiseta neoliberal y que es enemigo de la educación superior de México, su proyecto de educación al nivel superior son las cien universidades “patito” mal llamadas Benito Juárez.
Hoy López Obrador fue derrotado no por los rectores que representan a la burocracia universitaria que conduce la vida de las universidades públicas con opacidad y en forma antidemocrática como es el caso de la Universidad Michoacana, sino por la amenaza de movilizaciones de los trabajadores universitarios.
López Obrador tampoco pudo enfrentarse a los universitarios que es la masa crítica del país, donde no únicamente se forman profesionistas sino también intelectuales que han aportado valores a la vida nacional y sobre todo la solidaridad con el pueblo trabajador.
De esta manera AMLO le tiene un desprecio a la educación superior, en particular a las universidades públicas es por ello que saco las tijeras para recortar el subsidio a las universidades e instituciones de educación superior.
Mientras tanto a la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo hasta el momento de escribir esta entrega no ha entregado los recursos financieros extraordinarios para solventar las obligaciones salariales y contractuales con sus profesores y trabajadores administrativos. De poco ha valido la intermediación de los diputados por Michoacán de Morena para resolver el problema y las reuniones con los altos funcionarios de las secretarías de hacienda y de educación.
Ante los trabajadores nicolaitas poco a poco está quedando- debe de quedar – claro que el gobierno de López Obrador de la cuarta degeneración, perdón transformación es igual de neoliberal que los gobiernos panistas y priistas o mucho peor que estos.
Por lo pronto, los trabajadores nicolaitas continúan en espera de su pago de sus quincenas devengadas y el aguinaldo de fin de año, mientras el rector Medardo empieza a recoger sus cosas personales dejando a la universidad nicolaita en una profunda crisis.
Los aspirantes a la rectoría irresponsablemente aguardan en absoluta sumisión a que les caiga el dedo de la antidemocrática Comisión de Rectoría.
Por lo pronto, los trabajadores nicolaitas seguirán movilizándose para obligar a la patronal a que cubra los salarios devengados, que por cierto el gobernador Aureoles se lavó las manos y aunque ha cumplido con la parte que le corresponde con la universidad no ha abogado con el gobierno neoliberal de López Obrador.
Así, a López Obrador se le cayó la careta de “populista” y dejo ver su verdadero rostro de neoliberal ante los universitarios del país.
