En estos tiempos de informes, presidencial, de diputados locales y federales, así como de senadores y el próximo del gobernador Silvano Aureoles, consideran que con ello han cumplido con los ciudadanos y no es así, ya que un informe no es igual a la rendición de cuentas, el contenido del mismo se tiene que valorar y auditar donde exista transparencia, observancia y como ya se digo la evaluación por parte de los ciudadanos.
Estos tres conceptos analíticos elaborados por algunos teóricos de la ciencia política y en especial de la democracia los han definido como los elementos constitutivos de lo que se llama la “contrademocracia”.
Un concepto que constituye una provocación a la reflexión; la transición democrática, que por cierto ya debió a ver terminado para entrar a la plena democracia y que hasta ahora no ha construido los mecanismos constitucionales para pasar a la democracia participativa y deliberativa, donde los ciudadanos participen, vigilen y exijan transparentar los procesos gubernamentales.
De esta manera en el país las organizaciones de la sociedad civil y los sectores sociales tienen cada día mas peso en las decisiones no solo publicas si no también gubernamentales, así se vio la semana pasada cuando no se pudo constituir la mesa directiva de la cámara de diputados por el asunto del “fiscal carnal” para que el procurador general de la republica no obtuviera el pase automático para convertirse en fiscal, independientemente de que Ricardo Anaya dirigente del PAN supuestamente secuestrara a la cámara de diputados para evitar que se consumara este hecho, donde el dirigente del PRI, Enrique Ochoa tuvo que sacar de la congeladora la iniciativa presidencial que cánsela el pase automático.
Más de doscientas organizaciones civiles demandaron al senado de la republica la eliminación del pase automático para nombrar al fiscal general de la republica.
Pero en este espacio no se pretende hacer un análisis a fondo de lo anterior expuesto simplemente es un ejemplo de cómo las organizaciones civiles o ciudadanas inciden en las decisiones públicas, gubernamentales y legislativas para evitar abusos de los poderes más allá de lo establecido en la ley.
Aunque los mecanismos institucionales no están desarrollados, ni consolidados en el país para la participación ciudadana en la vida pública y gubernamental, la sociedad civil es cada día más demándate de intervenir en la vida política y publica y no dejar en manos de la clase política todos los asuntos que le afectan.
Con todo lo anterior acota a los poderes públicos a pesar de que existe una poderosa maquinaria gubernamental centrada en el gobierno mismo y el poder de la partidocracia opulenta en recursos públicos para mover a su base social mediante mecanismos clientelares y su acción está enfocado a los procesos electorales.
Este mayor peso de las organizaciones de la sociedad civil en los asuntos públicos, políticos y gubernamentales mediante la observación, la transparencia y la evaluación del quehacer gubernamental es lo que se define como contrademocracia, donde los ciudadanos ya no están dispuestos a tolerar el abuso de poder, la violación a los derechos humanos, los escándalos de corrupción y la violación del estado de derecho por los gobernantes o la clase política.
Como se puede apreciar el concepto de contrademocracia puede generar controversia en el espacio público, pero a su vez el mismo se viene desarrollando tanto en la esfera política, como intelectual, por una mayor participación ciudadana en la vida política y publica. Es una verdadera provocación no solo de carácter intelectual si no también política.