La defensa de la universidad pública en México y particularmente de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo es una tarea democrática, más aún cuando es gratuita y laica.
Lo anterior tiene relación con una serie de acontecimiento en el ámbito nacional con la desaparición por parte de los senadores de la 4T del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) y su indebida sustitución por el Consejo Nacional de Ciencias, Humanidades, Tecnologías e Innovación donde en su Junta de Gobierno estará la bota militar, pero el tema se quedará para otro análisis.
En lo referente a la Universidad Michoacana llama la atención, algunas declaraciones hechas por la rectora Yarabí Ávila González en el sentido de que cabe la posibilidad de desaparecer algunas -sin especificar- licenciaturas que tienen poca demanda y que constituye un gasto para la universidad nicolaita. La misma tiene implicaciones académicas, laborales y sobre todo pueden violar los principios fundamentales de la propia universidad, establecidos en su Ley Orgánica, pero sobre todo los mismos fines y filosofía de esta.
Lo anterior significa desaparecer de facto una área o áreas del conocimiento científico. Esto es muy grave, más aún cuando la universidad no puede estar en sus actividades de docencia, investigación y difusión de la cultura a los dictados del “mercado” laboral, que está determinado por factores económicos, políticos y sociales, particularmente entre los cuales destacan la política de austeridad -neoliberal- hacia las universidades públicas por parte de los gobiernos pasados al nivel federal y estatal y ahora por el de la 4T que comanda López Obrador.
Es por ello, que la rectora Ávila está obligada a especificar sus declaraciones. El desarrollo económico y social de Michoacán necesita del desarrollo científico y tecnológico, así como la formación de profesionistas y especialistas, tarea que desempeña y justifica socialmente la propia Universidad Michoacana ampliamente no solo en la entidad sino a nivel nacional e internacional.
Sí bien es cierto que el Consejo Universitario Nicolaita, tiene facultades para suprimir licenciaturas, maestrías, doctorados, así como facultades, escuelas, institutos y unidades profesionales, la desaparición de alguna área del conocimiento científico en la universidad nicolaita significa una mutilación a la posibilidad de la investigación científica y su desarrollo.
La misión de la universidad nicolaita está bien definida en su marco jurídico y como ya se dijo en sus principios y fines que no se pueden modificar o reformar tan fácilmente, aún por el propio Consejo Universitario.
Pero la Universidad Nicolaita también tiene que estar a la vanguardia de los adelantos y desarrollos científicos y tecnológicos, no solo para interpretar los nuevos fenómenos naturales, económicos y sociales sino para ofrecer alternativas científicas, tomando en cuenta que muchos paradigmas están en crisis, y que la ciencia también tiene sus límites como quedó demostrado con la pandemia del Covid 19 que puso en crisis en especial a las Ciencias Médicas y Biológicas; impactando a la sociedad global y con sus particularidades nacionales y regionales.
Otro aspecto a considerar es la investigación científica que se realiza en la propia Universidad Nicolaita, que requiere toda una revisión tomando en cuenta la política y la reforma en la materia hecha por los Senadores de la 4T como ya se indicó, al igual que su financiamiento.
Otras de las áreas en la Universidad Nicolaita que necesita una evaluación a fondo es las Humanidades y las Sociales (es interesante saber por qué la Facultad de Derecho también agrupa supuestamente a las ciencias sociales) cuando estas últimas tienen sus marcos teóricos propios, sus metodologías, epistemologías propias, por lo cual se tiene que ampliar la oferta educativa en esta área del conocimiento científico.
Por otra parte, resulta preocupante la declaración también hecha por la propia rectora Ávila en el sentido de que ha comunicado a los mandos militares el hecho de la venta y consumo de drogas al interior de las instalaciones universitarias, algo muy delicado que se tiene que valorar con pruebas y que compete exclusivamente a la comunidad nicolaita en ejercicio de la autonomía universitaria para que en primer lugar se tomen medidas de prevención y de existir las pruebas contundentes ponerlas en manos de las autoridades competentes en su momento.
Por todo lo anterior, hoy la tarea es defender la autonomía universitaria amenazada por el gobierno de la 4T y la propia universidad pública en particular la nicolaita.