La política monetaria en México es un conjunto de estrategias y acciones que toma el Banco de México (Banxico) para mantener la estabilidad económica del país a través de la regulación de la oferta de dinero y del control de las tasas de interés. El objetivo principal de la política monetaria es mantener la estabilidad de los precios y el valor de la moneda nacional, el peso mexicano.
El Banxico es el encargado de implementar la política monetaria y su principal herramienta es la tasa de interés, la cual es la tasa que se cobra por prestar dinero y que afecta el costo del crédito y el nivel de consumo y de inversión en la economía. El Banxico ajusta la tasa de interés de referencia para cumplir con sus objetivos de inflación y estabilidad financiera.
Además de la tasa de interés, el Banxico también utiliza herramientas de política monetaria, como la inyección de liquidez a través de operaciones de mercado abierto, la regulación de los requisitos de reservas bancarias, la supervisión de los sistemas de pagos y la regulación del crédito bancario.
Uno de los mayores desafíos para la política monetaria en México es la alta volatilidad de los mercados financieros internacionales, que puede afectar el valor del peso y la inflación en el país. El Banxico debe estar alerta a los movimientos en los mercados internacionales para tomar las medidas necesarias para mantener la estabilidad financiera.
Otro desafío es la persistencia de la inflación, que ha sido un problema crónico en México. El Banxico ha establecido una meta de inflación del 3 por ciento anual y utiliza la tasa de interés para alcanzar esta meta. Sin embargo, la inflación ha sido influenciada por factores como el aumento de los precios de los alimentos y la, así como la depreciación del peso.
En los últimos años, la política monetaria en México ha sido enfocada en mantener la estabilidad financiera y fomentar el crecimiento económico a través de la reducción de las tasas de interés. En 2020, el Banxico redujo la tasa de interés de referencia a un mínimo histórico del 4.25 por ciento en respuesta a la crisis económica provocada por la pandemia de COVID-19.
En resumen, la política monetaria en México es un conjunto de estrategias y acciones que buscan mantener la estabilidad financiera del país a través del control de la oferta de dinero y de las tasas de interés. El Banxico es el encargado de implementar la política monetaria y utiliza herramientas como la tasa de interés, las operaciones de mercado y la regulación abierta de los requisitos de reservas bancarias para alcanzar sus objetivos de inflación y estabilidad financiera.
La política monetaria en México se refiere a las decisiones tomadas por el Banco de México para controlar la oferta de dinero y la tasa de interés, con el objetivo de alcanzar sus metas de estabilidad de precios y crecimiento económico. Los efectos de la política monetaria en México pueden ser los siguientes:
La Inflación, en ese sentido, la política monetaria tiene un impacto significativo en la inflación en México. Cuando el Banco de México aumenta las tasas de interés para reducir la oferta de dinero, se desacelera el crecimiento económico y se reduce la inflación. Por otro lado, cuando el Banco de México reduce las tasas de interés para aumentar la oferta de dinero, se estimula el crecimiento económico y se puede generar una mayor inflación.
Sin embargo, no es suficiente la política monetaria como mecanismo para controlar el proceso inflacionario y como ya se mencionó las consecuencias inmediatas sobre un menor crecimiento en la actividad económica y el aumento del nivel de desempleo, a pesar de lograr una “estabilización” de los precios.
En tiempos recientes, la política monetaria consistente en el manejo de las tasas de interés se ha convertido en la variable fundamental que determina el conjunto de todas las demás variables macroeconómicas-empleo, consumo público y privado, niveles de inversión pública y privada, tipo de cambio y gasto público-; como ya se mencionó para la política monetaria en el país lo más importante es la estabilidad financiera sobre el crecimiento económico, el empleo y la distribución del ingreso nacional.
Por lo que se puede concluir que la autoridad monetaria institucionalizada en el Banco de México que tiene autonomía constitucional es la que determina y regula el ciclo económico sin importarle los efectos negativos de carácter social, lo que resulta en términos contradictorios para un gobierno de “izquierda” como él de la 4T que dice “primero los pobres”, pero en los hechos es neoliberal.